Clases esenciales: Buen Comienzo

Buen Comienzo – Clase 1: Salvados por Dios

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
18.04.2017

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Clase esencial
Buen Comienzo
Clase 1: Salvados por Dios


Introducciones

Ora

Pregunta principal = «¿Cómo se vive como un cristiano?».

Bueno, para comenzar a responder esa pregunta, debemos establecer el fundamento de lo que es un cristiano.

¿Qué es un cristiano?

Un cristiano es alguien que ha sido salvado por Dios.

Vamos a usar esta definición simple de un cristiano (como alguien salvado por Dios) por tres razones importantes. Entender que hemos sido salvados por Dios es…

  1. fundamental para la comprensión de la vida cristiana – entender que hemos sido salvados por gracia y no por obras
  2. tiene enormes implicaciones de cómo vivimos como cristianos y vemos el mundo
  3. y una adecuada comprensión de la gracia en la salvación debería proporcionarnos las motivaciones correctas y la confianza mientras vivimos una vida piadosa para la gloria de Dios

El hecho de que Dios nos salva de principio a fin y que es sólo su iniciativa puede ser algo que es muy familiar para ti. Pero sólo porque esto es familiar para nosotros, no significa que no deberíamos meditar una y otra vez sobre ello. Como analogía, podemos mencionar a los atletas profesionales, el entrenamiento y preparación para los partidos se ha convertido en algo complejo y de alta tecnología – informes de scouts, estudiando horas y horas de cintas que enseñan las tendencias de otros jugadores, etc. – pero, ¿qué hacen los atletas profesionales? Repasan los conceptos básicos. Los fundamentos – fundamentos sólidos ganan el campeonato. Así que los jugadores de béisbol profesional todavía están practicando las mismas rutinas que hicieron como miembros de la liga infantil. Fildeando roletazos, agachándose, poniendo sus guantes y bien bajo en el suelo, manteniendo sus ojos en la bola hasta el guante, haciendo un tiro limpio, sin apuro a primera. No voy a extenderme mucho con esta analogía – pero ustedes entienden el punto – de una manera similar en nuestra vida cristiana, necesitamos volver a los principios básicos una y otra vez.

Esta mañana queremos saturarnos con estas verdades y en realidad explorar la gracia de Dios para con nosotros y que estas verdades fundamentales verdaderamente penetren y se envuelvan alrededor de nuestros corazones. He encontrado en mi propia vida que a veces estoy luchando con tener gozo, o seguridad, o motivación adecuada, u orgullo o lo que sea, no generalmente sobre alguna cuestión teológica secundaria como el bautismo, pero son estas verdades fundamentales y simples como que sólo Dios nos puede salvar las que me dan bienestar y esperanza. Espero que encuentres en estos 7 estudios sobre los fundamentos de la fe cristiana la forma de realmente aumentar tu afecto y fe en nuestro Salvador.

En la clase de hoy esperamos encontrar los fundamentos para la comprensión de la obra de Dios en la salvación y (1) nuestra condición apartados de Cristo (2) la acción de Dios y sus propósitos en la salvación (3) la implicación de que el entender los puntos #1 y #2 nos ayuda a vernos a nosotros mismos como somos y a crecer nuestro amor a Dios al considerar su acción en nuestra salvación y el propósito por el cual él nos salvó.

Así que vamos a pasar al Punto II…

Si lees Efesios o cualquier otra epístola, cuando los autores quieren que los cristianos comprendan el milagro de la salvación, primero le recuerdan a aquellos a quienes le están escribiendo (1) cómo vivieron apartados de Cristo (2) y lo que se merecen apartados de Cristo.

Estas dos cosas son esenciales para entender la gracia de Dios y el milagro de nuestra salvación.

Sólo veamos un par de estos pasajes que nos ayudan a comprender esta verdad.

  1. Lee Efesios 2:1–3

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

¿Cómo describe Pablo a estos cristianos antes de la conversión?

  • Muertos en sus transgresiones
  • Siguiendo el espíritu de desobediencia
  • Satisfaciendo los placeres de nuestra naturaleza pecaminosa
  • Por nuestra propia naturaleza, hijos de ira

Echemos un vistazo a un texto similar para aclarar este punto

  1. Lee Tito 3:3

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Otra vez para resumir la descripción de los seres humanos antes de su conversión, ¿cómo les describe Pablo?

  • Necios y desobedientes (hacia Dios)
  • Engañados
  • Esclavizados por el pecado
  • En guerra unos con los otros, odiando y siendo odiados

Para nuestros fines esta mañana, quiero destacar dos de estas descripciones, notorias sobre las otras debido a la manera que describen nuestra impotencia espiritual delante de Dios.

Vamos a meditar un rato aquí en la imagen de Pablo en Tito 3, que apartados de Cristo somos ESCLAVOS del pecado. ¿Era así cómo te veías a ti mismo antes de ser un cristiano? ¿Es así cómo se ven tus familiares y amigos no cristianos? ¿Como esclavos de su pecado? Según la Biblia somos esclavos, sea de la justicia o del pecado.

¿Qué significa ser un esclavo del pecado?

John Piper escribe en un sermón sobre Romanos 6:

Todos una vez fuimos esclavos del pecado. No algunos de nosotros. Todos nosotros. Es decir, no éramos neutrales criaturas con autodeterminación frente al pecado y la justicia, capaces de hacer nuestra elección soberana. Éramos esclavos al pecado desde el principio. El pecado mandaba no nosotros.

Nuestras voluntades estaban esclavizadas a las seducciones del pecado.

 Apartados de Cristo, somos esclavos al pecado como esclavos a un amo. Tiene total control sobre nosotros. Hacemos lo que hacemos porque, bueno, somos esclavos. Estamos bajo el control completo de nuestra naturaleza pecaminosa.

La otra imagen que Pablo usa en Efesios 2 es la de un CADÁVER. Pablo dice que en nuestra anterior forma de vida, apartados de Cristo, estábamos muertos en nuestros delitos y pecado.

¿Qué significa estar muerto en nuestro pecado?

En muchos sentidos, es como la suma total de todo lo que significa ser un pecador. Toma todas las descripciones del hombre separado de Cristo y usa solo una palabra para resumirlas todas y la mejor palabra que se te puede venir a la mente es un MUERTO. Significa que tu voluntad está esclavizada, tu mente espiritual está ciega y engañada, tu corazón está frío y muerto, tu entera disposición hacia Dios es hostil.

Estas imágenes son más que sólo poéticas, las cuales describen nuestra condición apartados de Cristo. El pecado, literalmente, nos lleva hasta nuestra tumba. Y separados de Cristo, pereceremos en una muerte eterna, gracias al pecado por el que fuimos esclavizados y al cual seguimos felizmente. El pecado promete mucho pero lo que queda al final del día es un cadáver putrefacto. Pero tan horrible como esto es, nosotros no podemos aún comprender la segunda muerte y arder eternamente en el lago de fuego.

¿Por qué es importante para los cristianos entender su estado de pecado apartados de Cristo?

  1. Porque entender nuestro estado de pecado es de vital importancia para la comprensión de lo que realmente significa ser salvos por Dios.

Lo cual nos lleva a la segunda parte de nuestro debate esta mañana,

III. La salvación es una obra iniciada por Dios, lograda por Dios, según los propósitos de Dios.

Piensa en esto. ¿Quién más podría haber iniciado este milagro? No nosotros. Recuerda que apartados de Cristo, somos los muertos, los esclavizados. ¿Cómo responde un cadáver? ¿Recuerdas la historia de Lázaro y Jesús? Jesús habla y Lázaro se levanta. Lázaro no se encuentra con Jesús a mitad de camino. Jesús no le dio a Lázaro instrucciones sobre la forma de cómo ayudarme para que te ayude a levantarte a ti mismo de entre los muertos. Habló Jesús y su llamado fue eficaz.

Alabado sea Dios, él no nos deja donde estábamos en Efesios. Y Tito. Veamos el resto del pasaje…

Efesios 2:4–5, «Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),»

Tito 3:4–5, «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,»

¿En ambos pasajes quién es responsable de iniciar la salvación? Dios.

No estábamos pidiendo salvación. No estábamos gritando por ayuda. Estábamos en guerra con Dios… PERO DIOS. El Dr. Martin Lloyd Jones, un famoso predicador galés que murió en 1981, dijo lo siguiente en un sermón sobre la frase «Pero Dios»

«Con estas dos palabras llegamos a la introducción del mensaje cristiano, el peculiar, específico mensaje que la fe cristiana nos ofrece. Estas dos palabras, en y por sí mismas, contienen la totalidad del evangelio. El evangelio nos habla de lo que Dios ha hecho, la intervención de Dios; es algo que viene fuera de nosotros y nos muestra esa obra maravillosa y sorprendente y asombrosa de Dios».

El énfasis de la acción está en sólo en Dios.

Mediante su recordatorio a los primeros cristianos en Efesios 2 y Tito 3, de su esclavitud a y desesperanza en el pecado, Pablo los prepara a ellos (y nosotros) para entender que si no fuera por Dios, nunca habríamos buscado la salvación que necesitamos.

Es fácil, creo, pensar en la salvación de una manera muy centrada en el hombre: yo elegí a Cristo, yo acepté a Cristo. Yo creí a Dios. Es fácil hacer esto porque en parte, en un nivel es bíblicamente cierto. Sin embargo, la Escritura deja claro que nuestra fe, mediante la cual podemos ejercer el arrepentimiento y creencia, es también una dádiva de Dios, dependiente de que Dios cambie nuestros corazones. Recuerda, los hombres muertos no hablan, caminan o dejan de pecar. Necesitamos que Dios nos resucite, no que tan sólo prescriba un récipe para nuestra enfermedad y así podamos seguir sus pasos en la Biblia y podamos ser curados. Necesitamos ser levantados de entre los muertos. Ahora, esto no significa que vamos a esperar pasivamente para que Dios nos levante o que no tenemos ninguna responsabilidad en esto. Por el contrario, estamos llamados a responder a la voz de Dios con arrepentimiento y fe. Estas son las primeras palabras de Jesús en el Evangelio de Marcos (Marcos 1:15) un llamado a «arrepentíos y creed las buenas noticias». ¿Alguna pregunta?

No sólo es la salvación iniciada por Dios sino que es llevada hasta el fin por Dios. Y gracias a Dios por esto. ¿No es verdad? Si dependiera de nosotros conservar nuestra salvación, sé que yo la perdería.

Esto nos lleva al Punto IV en nuestro estudio, la salvación se lleva a cabo hasta su terminación por Dios.

El primer lugar al que queremos ir cuando tenemos en cuenta de que quien nos salva también se aferra a nosotros es Ro. 8:29-30, que a menudo es referida como la Cadena de Oro.

Romanos 8:29–30, «Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó».

La afirmación de Pablo es que aquellos que son conocidos de antemano por Dios también son glorificados. Puesto que Dios inicia la fe él la traerá también a la terminación. Más adelante en el capítulo 8 de Romanos, Pablo sigue después esta misma idea y asegura a los creyentes de que nuestra perseverancia no radica en nuestras propias fuerzas sino en el amor de Cristo… Nada nos podrá separar del amor de Cristo.

También vemos esto en Filipenses 1:6.

Filipenses 1:6, «Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;»

Martin Lutero, “El hombre, antes de ser renovado en la nueva creación en el Reino del Espíritu, no hace ningún esfuerzo para prepararse para esa nueva creación y reino, y cuando él es creado nuevo no se esfuerza hacia su perseverancia en ese reino; pero sólo el Espíritu hace funcionar estas dos bendiciones en nosotros, nos regenera y nos protege después de regenerados… “ 

Resumen: Dios inicia y termina la obra de salvación.

Así que en resumen, el hombre apartado de Cristo es un esclavo al pecado y muerto en sus pecados. Pero Dios en su gran misericordia comienza y termina la obra de salvación en la vida del creyente sin ayuda, cooperación o cualquier otra cosa de parte de gente muerta y esclavizada. Una última pregunta antes de profundizar en la aplicación práctica. ¿Por qué Dios nos salva? ¿Cuál es su motivación?

Punto V

Recuerdo cuando hablando con mi buen amigo Mike que fue salvado cuando estábamos en la universidad. Él sólo dijo: «Dan no puedo aceptar que Dios elige a quién salvará porque, ¿por qué me elegiría a mí?» Sinceramente, esa debería ser nuestra pregunta. ¿Qué motiva a Dios a salvar a los pecadores y enemigos de él?

Bueno ciertamente no es ningún atractivo en nosotros o algo que podamos hacer por él, que él carece.

Por lo que no es nuestra justicia (Tito 3:4-5). Tampoco es debido a nuestros méritos o cualidades inherentes. Veamos Deuteronomio. 7:7-8

«7No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto».

Más bien, las razones por la que Dios nos salva según este pasaje en Deuteronomio y el de Tito es debido a su amor y misericordia y para él recibir la gloria debido a cómo trató a tan inmerecidos pecadores como nosotros. Así, fundamentalmente, la razón por la que Dios nos salva es para que él pueda recibir la gloria, para que su nombre sea alabado. Lo vemos en 1 Pedro 2:9

9Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Y en…

Efesios 1:13-14

13En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Estos versículos subrayan la centralidad de Dios en la salvación. Cuanto más nos fijamos en las Escrituras más vemos esa centralidad. No recibiremos ningunas palmaditas en la espalda por creer y arrepentirnos y perseverar, Dios recibe toda la gloria.

En segundo lugar, Dios salva porque quiere.

2 Timoteo 1:9

9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

Efesios 1:4–5

4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Dios hace lo que quiere. Él tiene sus propósitos y no siempre podemos comprenderlo. ¿Por qué Dios te salvo, si lo conoces? Para su gloria y según su buena voluntad.

Otra vez, resumiré esta clase para ti…

  • Apartados de Cristo, estamos esclavizados y muertos en pecado
  • Dios inicia y termina la obra de nuestra salvación
  • Sus razones para hacerlo no se basan en nuestra justicia, preferencias o cualidades intrínsecas, SINO según sus propósitos, voluntad y placer.
  1. Aplicación Práctica

P: ¿Por qué el comprender que somos salvados por Dios produciría humildad en nosotros?

R: No hay nada de que presumir. Según Ro.11:6, si nosotros pudiéramos presumir de algo relacionado con nuestra salvación, la gracia ya no se llamaría gracia. Me encanta la letra de «Que Dulce y Terrible es el Lugar»

  1. Qué dulce y terrible es el lugar

Con Cristo en las puertas,

Mientras que la muestra de amor eterno

Los mejores de sus tiendas.

  1. Mientras todos nuestros corazones

y nuestras canciones

Se unen para admirar la fiesta,

Cada uno de nosotros llorar, lenguas agradecido,

“Señor, ¿por qué fui invitado?”

  1. “¿Por qué me he hecho escuchar tu voz,

Y mientras hay espacio,

Cuando miles hacen una elección horrible,

¿Y algo de hambre que vienen? 

  1. ‘Era el mismo amor que extendió la fiesta

Dulcemente nos trajo

Otra nos habíamos negado a gusto,

Y perece en el pecado.

P: ¿Cómo pensar de esta manera te ayuda a tener seguridad sobre tu salvación?

R: Para muchos cristianos la seguridad de la salvación es un gran problema y a menudo un obstáculo para el crecimiento espiritual. La verdad de que somos salvados por Dios debería ser una ayuda tremenda para nuestra confianza. Hay dos formas principales de ver la seguridad de la salvación: La seguridad subjetiva y la seguridad objetiva.

La seguridad subjetiva se obtiene al mirar tu vida, examinando tu amor por Dios y los demás, el fruto que está en tu vida como prueba de que eres un cristiano. Sin embargo, es común incluso para los santos más fuertes atravesar períodos de duda acerca de su salvación, aunque todas las flechas apuntan hacia la salvación. ¿Qué hacemos en estos casos? Bien, es en esos momentos que es muy importante considerar nuestra seguridad objetiva en Cristo.

El cimiento de la seguridad objetiva es que el propósito de Dios en la salvación de su pueblo es invencible – no puede fallar – porque no se basa en nuestra elección de Dios sino en que Dios nos elige a nosotros.

Efesios 1:4, dice que Dios escogió a los cristianos para estar en él antes de la fundación del mundo. Por tanto, nuestra salvación comenzó antes de la creación del universo cuando Dios planificó la historia de la redención, ordenó la muerte y la resurrección de su Hijo y nos escogió para ser suyos a través de Cristo. Esta es nuestra gran razón para estar seguros, y debe dar al nuevo creyente gran confianza y esperanza.

Si es Dios quien salva para su gloria, según sus propósitos en la eternidad, entonces su compromiso con su gloria y el cumplimiento de sus propósitos resulta en su permanente compromiso con nosotros.

Y la última aplicación, que consideraremos mientras culminamos es que tener en cuenta estas grandes verdades y la acción de Dios en la salvación y que no nos podemos felicitar a nosotros mismos ante Dios, nos dará la motivación adecuada en el servicio a Dios. Efesios 2:8–10.

8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Es claro aquí que las obras no son la razón de nuestra salvación sino más bien un reflejo de quienes somos en Cristo. Esto debería cambiar nuestro motivo para realizar buenas obras porque no podemos ganar o perder la salvación por ellas, en cambio somos libres para amar a Dios por quien él es y desear verlo glorificado en nuestras vidas.

Hay muchas otras cosas que podríamos considerar. Podríamos profundizar en la verdad que es Dios quien salva y en las consecuencias que tal verdad tiene para nuestras vidas. Esperamos, que esta clase te ayude a encender el deseo de entender más la gracia de Dios y a alabarle por su obra de salvación en tu nombre.

Vamos a orar.