Clases esenciales: Apologética

Apologética – Clase 2: La Existencia de Dios

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
21.12.2017

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Clase esencial
Apologética
Clase 2: La Existencia de Dios


Si ver es creer, ¿cómo puedes creer en un Dios invisible? – Argumentos Apologéticos para la Existencia de Dios y la Creación[i]
¿Quién aquí conoce a personas que podrían cuestionar si Dios existe o no? ¿Quién aquí ha tenido alguna vez una conversación con alguien acerca de si Dios existe o no?

Muchas personas hoy en día no creen que Dios existeya sea, un rechazo consciente – pero, más probablemente – un rechazo práctico: la gente vive como si el aquí y el ahora es todo lo que importa.

Si lo has hecho – o has anticipado tener una plática sobre la existencia de Dios, o encontrarte con alguien que te haga preguntas acerca de la existencia de Dios – mi objetivo hoy es darte algunos puntos de conversación que puedes usar cuando hables con personas que no creen en Dios, a fin de que puedas aclarar algunas de las barricadas y escombros que impiden que la gente tome en serio la idea de la revelación divina.

El día de hoy quiero darte 6 argumentos para la existencia de Dios. El objetivo es demostrar que creer en Dios es razonable, consistente con la razón, y es en realidad más racional que la alternativa de creer en su inexistencia.

Piensa en ellos como instrumentos básicos en tu caja de herramientas – argumentos básicos que puedes usar cuando hables con otros sobre este tema.

6 Argumentos para la existencia de Dios 

  1. La probabilidad: Cada día ejercitamos la fe, y creo que es razonable tener fe en lo sobrenatural. 
  1. La creación y el diseño: La creación por un diseñador inteligente es más plausible intelectualmente que la creación por causa del azar (argumentos teológicos y cosmológicos). 
  1. Los argumentos antrópicos: Las cosas sobre nosotros—la conciencia, la capacidad para el bien o el mal, el anhelo por la eternidad, las experiencias religiosas—pueden explicarse mejor por la existencia de Dios. 
  1. El argumento del inmaterialismo: La existencia del amor, de la belleza… demuestran que no vivimos en un universo materialista. 
  1. El argumento trascendental: El conocimiento, la lógica, la ciencia, etc., son sólo posibles porque la existencia de Dios es una precondición para todo pensamiento y conocimiento. 
  1. El argumento ontológico: Dios es el gran ser que no puede ser concebido. El mayor ser concebible posee el atributo de la existencia. Por tanto, Dios existe.

I. La fe en lo sobrenatural es plausible – más plausible que la alternativa

Hay ideas equivocadas de que la gente de fe, generalmente, y de que los cristianos específicamente, creen en cosas que parecen cuentos de hadas, fábulas o mitos. No creen en cosas basadas en hechos, evidencias o en el pensamiento racional—y, por tanto, no pueden ser tomados en serio.

¿Qué significa tener fe? ¿Cómo decides en qué creer y en qué no creer?[ii]

Bien, esto es lo esencial: a) para vivir en el mundo, todos necesitamos ejercitar la fe y b) diariamente ejercitamos la fe al utilizar las tres herramientas de la fe: la razón o «ciencia»; la intuición y nuestras experiencias.

Se cuidadoso de usar todas estas herramientas cuando consideres preguntas de extrema importancia.

Muchas personas al hablar sobre asuntos de «fe»—deciden que sólo lo observable, lo conocido, la información «científica» puede ser usado. Bueno, se consciente de que esto crea un sesgo anti-sobrenatural –conduciendo a un enfoque centrado en la agenda para evaluar la «evidencia» vs. un enfoque centrado en la evidencia. Y, parece que la religión es probablemente el área más grande en la que las personas traen a discusión agendas predeterminadas.

Ilustración: Estudiante en Princeton, clase de religión, hablando de la vida de Jesús, asumió que él no era Dios, por lo que su discurso sobre el perdón y la resurrección solo podía ser metafórico.

Ofensa: Juan 1: Apocalipsis es el último pilar o fe que tienen los cristianos. Creemos en un Dios que quiere ser conocido y se ha revelado a sí mismo completamente en Jesucristo.

Cada día ejercitamos la fe, y creo que es razonable tener fe en lo sobrenatural.[iii]

II. La creación y el diseño: La creación por un diseñador inteligente es más plausible intelectualmente que por causa del azar.

¿Cómo empezó todo? ¿Cuál es el origen del universo? Hay dos respuestas básicas a esta pregunta. Que a) el universo se autocreó, o b) fue creado por algo más. La pregunta es, ¿en qué perspectiva tienes fe? No es una cuestión de ciencia versus fe, sino de fe versus fe.

El naturalismo asume que el origen de todo comenzó a través del tiempo y el azar. Una ecuación muy simple: Fuerza impersonal (llámale como quieras – energía, materia, átomos, espacio) + tiempo + azar = la creación. Dado el tiempo suficiente, cualquier cosa puede suceder.

¿Cuál es la probabilidad de que la creación haya surgido de esta ecuación?

Para hacer esto rápidamente, dejemos de lado gran parte de la creación, los árboles, las montañas y los atardeceres.[iv]

Observemos la unidad más básica de la vida: Una sola cadena de ADN contiene 200 moléculas que deben estar en perfecto orden, la posibilidad de que una cadena de ADN se forme a través de mutaciones en el caldo primigenio es extremadamente baja.

¿Cuáles son las probabilidades? Bien, te lo diré porque hice los cálculos. En realidad, traté de hacerlo, pero Excel no fue capaz de producir un número lo suficientemente elevado: Parece ser que hay escazas probabilidades de que un solo ADN se haya producido de esta manera, incluso si un rayo golpeara el caldo primigenio y a las moléculas en el aire cada segundo.[v]

Y esa es solamente la cadena más simple. También está el núcleo celular, la sustancia, la membrana celular, luego necesitas ojos, orejas, nariz, diferentes especies de animales, plantas, todo este mundo y universo que nos rodea, oh, por cierto, necesitabas un ambiente en primer lugar.

Obviamente, hay muy pocas probabilidades de que la MATERIA, el universo que nos rodea, haya sido CREADA por casualidad.

Ahora, no quiero que pienses que creo que una escaza probabilidad significa que algo no podría  ocurrir de cierta manera. Sólo digo que se necesita fe para creer en una explicación simplemente naturalista para el universo.

La evolución por la selección natural no es suficiente para explicar el origen, la complejidad y la diversidad de la vida, (pero puedo entender por qué parece elegante y convincente que llegues a la conclusión de que no existe lo sobrenatural).

Como mínimo, si puedes creer que la creación surgió por CASUALIDAD, por la evolución naturalista, entonces también debería haber pruebas suficientes para creer que en realidad hay un creador, un diseñador inteligente. [vi]

Desde la perspectiva de que un diseñador inteligente creó el mundo, solamente tenemos que hacer una suposición, que ALGUIEN creó el mundo. Ahora bien, esa es una gran suposición, pero significa que no tenemos que dar miles de pequeños pasos de fe.

Te he dado argumentos sencillos como punto de partida. Por favor, observa que al hacer este argumento, no estoy defendiendo una historia de la creación en particular o apoyando algún método específico que haya utilizado un diseñador inteligente para crear el mundo. Sabemos por las Escrituras que «Dios creó los cielos y la tierra» (Génesis 1:1) y que «las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa» (Romanos 1:20).

III. Los argumentos antrópicos. Los aspectos fundamentales de la naturaleza humana y de la experiencia humana pueden explicarse mejor por la existencia de Dios, quien nos creó de esa manera.

Este argumento tiene varias formas. Mayormente, se enfoca en la conciencia humana, experiencias religiosas o la sensación de anhelo por la eternidad, y la capacidad humana para el bien y el mal.

A) La ética, la moral y la conciencia: Un mundo gobernado por un legislador moral es más humanamente satisfactorio, y explica mejor la vida huma que la alternativa.

Todos los seres humanos tienen una conciencia, un sentido de lo que está bien y de lo que está mal. Cada cultura en la historia de la humanidad ha mantenido creencias sobre el bien y el mal. Parece que funcionamos como si algunas cosas estuvieran bien y otras mal. ¿Por qué? ¿De dónde proviene este sentido de moralidad?

Al igual que antes, hay básicamente dos respuestas. Nuestro sentido de la conciencia viene de Dios, quien nos creó dentro de un orden moral y nos equipó para actuar correctamente, o viene de algún lugar dentro de la creación, como por ejemplo, nuestra cultura, evolución, instintos de supervivencia, etc.

Hay personas que alegan seriamente que nuestro sentido de la conciencia viene de la evolución, del instinto, o de los modelos sociales, en otras palabras, esta moralidad no es objetiva, es externa, y finalmente, no seremos responsables por violarla.

La conclusión lógica de lo anterior, fue expuesta por Peter Singer, profesor de la Universidad de Princeton. Él argumenta que la ética debería balancearse midiendo «la felicidad que maximiza el interés superior de la sociedad». Sus conclusiones lo llevaron a creer, en teoría, que no sólo está bien sino que es preferible cometer infanticidio en el caso de bebés con una grave discapacidad, y que el geronticidio selectivo nos ahorraría mucho dinero en gastos médicos. Supuestamente, ambas cosas conducen a una «felicidad relativa mayor», una suerte mejorada para la sociedad.

Bien, yo encuentro su marco moral emocionalmente deshonesto. Lo rechazo no porque no tenga sentido teóricamente—en realidad, es bastante lógico según sus suposiciones—sino porque no funciona en el mundo real.

Vivimos como si cada vida tuviera valor e importancia. Incluso el profesor Singer en la práctica no puede llevar a cabo su teoría lógica, al elegir proteger a su madre inválida y proporcionarle cuidado médico y dignidad, porque emocionalmente no puede vivir las implicaciones de sus creencias.

La moralidad relativista no saciará nuestro deseo de justicia y equidad, y por ello, debería ser rechazada. Vivimos como si algunas cosas estuvieran bien y otras mal. Es por eso que nos indignamos cuando alguien toma nuestro puesto de estacionamiento en Navidad. Apelamos a un estándar mayor, un juez, un sentido de equidad. Si la moral se construyera socialmente, y nosotros lo supiéramos, casi nada podría impedir que la violásemos cada vez que viéramos la oportunidad de conseguir un beneficio o ganancia a corto plazo. Pero, de hecho, la mayoría de las personas, incluidos los cristianos, no hacen eso.

Vivimos como si algunas cosas fueran objetivamente buenas y otras malas.[vii] La creencia de que la moralidad es relativa y que es construida socialmente no resuena con nuestra experiencia. No explica adecuadamente la experiencia humana de la moralidad.

Entonces si a) tenemos un deseo de justicia y b) generalmente conocemos la diferencia entre lo que es correcto y lo que no, necesitamos preguntarnos de dónde viene esto.

¿Tu madre te dijo esto?: De acuerdo, el día de hoy cubriremos 57 reglas y mañana otras 137. Y cubriremos cada situación que ha de ocurrir en tu vida.

No, no fue así. Está plantado en tu cerebro. Se llama «conciencia».

Plantada en nuestro cerebro por un legislador que es moralmente perfecto. Y, así como existen leyes de la naturaleza, también creemos que existen leyes morales o absolutas que provienen de Dios, y que él ha implantado en nosotros un estándar del bien y el mal.

Vemos a Pablo enseñar esto claramente en Romanos 2: 

«Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,  mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos».

Bíblicamente, vemos que nuestra conciencia es un regalo que Dios nos ha dado, algo que él dejó para revelarnos su naturaleza.

B) Las experiencias religiosas y el anhelo por la eternidad: Nuestro deseo por la eternidad y su significado último señalan la necesidad de una relación con Dios.

¿Por qué somos los seres humanos tan difíciles de satisfacer? ¿Sabes lo que quiero decir? Parece ser una experiencia casi universal. El ateo Jean-Paul Sartre dijo que «llega un momento en que uno pregunta, incluso sobre Shakespeare, incluso sobre Beethoven, ‘¿eso es todo lo que hay?’». No tan versados en los clásicos, los Rolling Stones resumieron esta experiencia casi universal ligeramente diferente: «Traté, traté y traté, pero simplemente no encuentro satisfacción».

Mucho más profundo que cualquiera de estos, Salomón en Eclesiastés evaluó la experiencia humana y este es su análisis del mundo:

  • No hay nada nuevo bajo el sol, no hay ideas novedosas.[viii]
  • La satisfacción del trabajo y las ganancias son temporales: ¿Por qué? Porque un día dejaremos nuestro trabajo a alguien más, y ya no tendremos control sobre eso.[ix]
  • Las posesiones materiales y el placer no son satisfactorios: Él no se negó ningún placer, sin embargo, los encontró insuficientes.[x]
  • La muerte llegará para todos, independientemente de cuán buenos o malos seamos, de cuán inteligentes o estúpidos.

Él concluyó que este mundo es «absurdo, como correr tras el viento».

Al conversar con otras personas, hay dos pruebas de fuego que puedes usar para saber si ellas han sentido esta sensación de «absurdidad».

Primero: Puedes obtener la respuesta de «no estoy satisfecho» al preguntarles qué cosa, si lo tuvieran, realmente les satisfaría.

Segundo: Articula las preguntas «qué sigue»:

«Muy bien, pasaste una noche increíble, la mejor de tu vida, ahora, ¿qué sigue?»

«De acuerdo, tienes un trabajo fantástico, «¿qué sigue?»

Pídeles que lleven sus sueños y ambiciones de la vida a su fin lógico, y ve si esto de «¿qué sigue?» se detendrá.

«Muy bien, tienes una casa inmensa y otra para vacacionar, ¿qué sigue?»

El punto aquí es que parece que tenemos un deseo de MÁS: más belleza, más deseabilidad, más genialidad, y más alegría.

Tenemos este deseo, ¿por qué no podemos llenarlo? Para cada otro deseo innato que tenemos, hay un objeto real que satisface ese deseo. Por lo que, cuando estamos sedientos, beber agua nos satisface. Y cuando estamos  hambrientos, comer alimentos nos satisface. Cuando estamos hambrientos, leer un libro o ver televisión no nos satisface: puede distraernos temporalmente, puede hacer que olvidemos el hambre por algunos minutos o algunas horas, pero finalmente, lo único que realmente va a satisfacernos, lo que suplirá la necesidad que nos hace estar hambrientos, es la comida.

No obstante, en nosotros existe un deseo que nada en el tiempo, nada en la tierra, ni ninguna criatura puede satisfacer. Por tanto, debe haber algo más que el tiempo, la tierra y las criaturas, que pueda satisfacer este deseo. Este algo es lo que la gente llama «Dios» y una «vida con Dios para siempre».[xi] Esto, creo yo, es un gran argumento posmoderno para la existencia de Dios, ya que, te permite desafiar el subjetivismo de las personas. ¿Por qué? Porque creo que con lo que la gente está llenando sus vidas está llenando temporalmente sus necesidades, al igual que la comida; o está distrayéndoles de encontrar una solución real, como la televisión.

Nuestro DESEO apunta hacia un mundo sobrenatural, y el materialismo jamás va a satisfacer nuestros deseos.

DELITO: ECLESIASTÉS 3:11; JUAN 4 — JESÚS COMO AGUA VIVA

Eclesiastés 3:11: «Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin».

Juan 4:13-14 «Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna».

Dios ha puesto la eternidad en el corazón de los hombres y promete que él puede cumplir nuestros deseos de vida eterna.

C) Capacidad para el bien y el mal: La naturaleza humana es explicada más consistentemente según la perspectiva cristiana del hombre, creado a imagen de Dios, pero que nació como pecador.

¿Por qué las personas viven como lo hacen? Somos una raza extraña, ¿no es así? Individualmente podemos tener pensamientos tan extremos de ánimo y desánimo en nuestras mentes. Y, como una raza, nos damos a acciones que podemos categorizar como muy buenas o muy malas.

No tenemos ningún problema entendiendo cómo una madre puede sacrificar su vida para salvar a su bebé. O cómo un bombero puede escalar un edificio en llamas. Pero también somos capaces de algunos de los males más grandes. Diferentes ejemplos vendrán a nuestra mente. Stalin, Hitler, Bosnia, Rwanda, entre otros…

Bien, aquí es donde el cristianismo hace, quizá, la declaración más única y profunda sobre la naturaleza de Dios y del hombre. El cristianismo afirma dos cosas sobre la humanidad. Primero, que somos hechos a imagen de Dios, y segundo, que nos hemos rebelado en su contra.

Esto es único porque ninguna otra filosofía concilia de manera tan lógica y realista la capacidad del hombre de un gran bien con su tendencia hacia un gran mal.

Verás, el hombre es creado a imagen de Dios, y por tanto, refleja la bondad del creador y su carácter moral. Así, podemos hacer algunos de los bienes más grandes.

El cristianismo concilia estas dos aparentemente realidades contradictorias de esta forma: Aunque somos hechos a imagen de Dios, nos hemos rebelado contra él. Esto es lo que el cristianismo llama pecado.

Por tanto, aunque nos entristecemos por el mal y el pecado, no nos sorprendemos de él. Entendemos que separados de Jesús, todos somos por naturaleza rebeldes en contra de Dios, lo que significa que preferiríamos hacer las cosas a nuestra manera que a la manera de Dios. Así que cuando nuestra manera entra en conflicto con la manera de Dios, vamos a escoger nuestra manera.

Pero Dios sabe y ve todo lo que hacemos; él ve cada uno de nuestros pensamientos, motivaciones, y sueños. De modo que si alguna vez violamos la perfecta ley moral de Dios, su carácter le exige dar un castigo. Así como nosotros no encontramos satisfacción en que un reconocido criminal soborne a un juez, y sea puesto en libertad injustamente, así deberíamos estar insatisfechos con un dios que permitiría que nuestra rebelión quedara impune. Llamaríamos a este dios injusto.

Pero—y esta es la gran idea del cristianismo—el cristianismo cree que Dios castiga el pecado y nos perdona por él. ¿Cómo sucede esto? ¿Cómo puede Dios castigarnos y perdonarnos al mismo tiempo?

Por causa de Jesús. Verás, Jesús vino a la tierra y vivió una vida perfecta. Él murió una muerte que no merecía. Y, lo hizo voluntariamente para pagar la pena de todos aquellos que se volverían de su rebelión y confiarían en él, y vivirían de la manera en que él los diseñó. Si confiamos en el sacrificio de Jesús por nosotros, Dios castiga a Jesús y nos perdona. Esto es a lo que los cristianos se refieren como el evangelio o las buenas noticias.

Es algo hermoso cuando te das cuenta de que el cristianismo no sólo es intelectualmente satisfactorio, sino que también  te restaura a la mismísima relación para la cual fuiste diseñado a tener con él.

IV. El inmaterialismo.

¿Alguna vez has estado enamorado? ¿Alguna vez te has quedado sin aliento por una obra de arte, o por la belleza de una cascada? Si es así, ¿cómo explicas la experiencia del amor o de la belleza? ¿Qué son? ¿De dónde vienen?

V. El argumento ontológico.

Este es un argumento complicado, y no pasaremos mucho tiempo en él. Lo abordo porque puede que te cuestionen sobre él en una conversación con personas no creyentes. Va de la siguiente manera:

1) Dios es aquel de lo que nada más grande puede ser concebido. 2) Lo más grande que podría concebirse posee el atributo de la existencia, porque de lo contrario, habría algo aún más grande que podría ser concebido. 3) Por tanto, Dios existe.

Algunos han alegado que esto es solamente un engaño verbal; otros que es el argumento más profundo posible. Te lo dejo a ti. Pienso que funciona mejor como un argumento «presuposicionalista»; es decir, es útil para ayudar a reforzar la fe de los cristianos y les ayuda a comprender mejor a Dios, pero es improbable que suene persuasivo para personas no cristianas. 

VI. El argumento transcendental.

¿Cómo sabes algo? En nuestra clase sobre epistemología expliqué cómo los filósofos modernos y posmodernos crean más y más dudas en nuestra capacidad de saber—primero acerca de lo sobrenatural, luego sobre cualquier otra cosa. Estos filósofos del conocimiento, operando en un marco secular cada vez más mayor, han llegado a argumentar que no es posible saber nada con seguridad.

Pero, ¿esto explica nuestra experiencia del conocimiento? Todos sentimos que sabemos cosas. Vivimos nuestras vidas como si el conocimiento fuera posible y útil, y de hecho, esa creencia parece surgir cuando actuamos y tomamos decisiones sobre la base de las cosas que creemos saber. Si el conocimiento es real, ¿de dónde proviene? ¿Cómo es confiable?

El argumento trascendental alega que Dios es la precondición para el conocimiento, la lógica, la ciencia y las generalizaciones conceptuales. Dios creó al mundo, conoce todos los hechos que hay que saber sobre él, nos hizo a su imagen con la capacidad de saber cosas, y él nos sostiene, a nosotros y al mundo continuamente con su palabra. En tal universo, la posibilidad del conocimiento no es una problemática.

Conclusión

Mi objetivo ha sido demostrar que creer en Dios es una explicación más plausible de cómo son las cosas, que no creer en Dios. Espero haber quitado algunas de las barreras que se levantaban en contra de la fe. La creencia en Dios, aunque ciertamente requiere fe, es más plausible que las perspectivas ateístas o naturalistas del mundo.

 

[i] http://en.wikipedia.org/wiki/Arguments_for_the_existence_of_God

[ii] Ciencia: ¿Es solamente aquello que saboreamos, tocamos y sentimos? ¿Utilizas únicamente la razón fría, los datos concretos y las herramientas de la ciencia?

Ciertamente, la investigación científica es un instrumento de fe, que nos permite reproducir acontecimientos y causas aisladas. La ciencia nos permite tener más seguridad en los elementos de nuestro mundo.

Por supuesto, hay límites para la ciencia. ¿Qué pasa si no podemos reproducirla – como la historia? ¿Qué pasa si es más subjetivo – como la belleza? ¿Cómo tener seguridad en estas áreas?

Bien, la ciencia por sí sola no es suficiente.

Intuición: Quizá usas tu propia intuición – o lo que parece correcto para determinar en qué creer. La intuición es ciertamente más útil que la ciencia cuando hablamos de la naturaleza objetiva de la belleza y de la bondad. Donde las herramientas de la ciencia no aplican, la intuición sí lo hace.

Claro, la intuición también tiene sus limitaciones – impidió que los marineros cruzaran el Océano Atlántico durante siglos por temor a caerse de una tierra plana y convenció a los astrónomos de que el sol daba vueltas alrededor de la tierra. Entonces, ¿cómo podemos estar seguros al usar nuestra intuición?

No podemos. La intuición por sí sola no es suficiente.

Experiencias: Así que, quizá son tus experiencias – ¿es esa la herramienta que más utilizas para decidir qué creer y qué rechazar? Creer que una silla te sostendrá es razonable porque las sillas te han sostenido durante muchos años. Creer en Dios, sin embargo, no es producto de las decepcionantes experiencias de tu iglesia, o porque Dios te falló en el pasado, o porque ves sufrimiento en el mundo.

[iii]Es mi opinión, y la opinión de millones de otros alrededor del mundo, que la fe en Dios es razonable y que es importante considerarla. Así que, mi primer punto es advertirte de un sesgo sobrenatural al explorar cuestiones de fe porque nos conducirá a respuestas equivocadas y las respuestas equivocadas nos conducirán a creencias equivocadas que nos conducirán a acciones equivocadas. Para parafrasear a John Lennon – necesitamos animar a la gente «a darle a la fe una oportunidad…»

Todos funcionamos con la fe. ¿En qué tienes fe? ¿Cómo sabes que es verdadera?

[iv] 200 moléculas conectadas juntas y éstas 200 deben estar en el orden exacto o no funcionarán correctamente.

  • Si todas estas moléculas estuvieran solas en el caldo primigenio una noche, y un rayo las golpeara, lanzándolas al aire.
  • ¿Cuáles crees que son las probabilidades de que si tratásemos de recrear esto, todas estas moléculas terminen en el orden exacto necesario para crear esa cadena de ADN?

Bien, te diré esto porque hice los cálculos. Honestamente, intenté hacer los cálculos pero Excel no fue capaz de producir un número lo suficientemente elevado.

3 cadenas = 3*2*1 = 1/6

4 cadenas = 4*3*2*1 = 1/24

200 moléculas a estar en orden = 1/10^364 (millón tiene 6, billón tiene 9 ceros).

Está bien, dirás, pero pasaron alrededor de miles de millones de años. ¿Cuánto tiempo hay en un billón de años?

60 s/min * 60 mins/hr *24 hrs/día*8 billones años = 2*10^16th segundos en 8 billones de años.

Eso significa que si un rayo golpeara cada 8 billones de años, todavía necesitarías 10^346th de energía para que una cadena fuese creada.

Y esa es solamente la cadena más simple. También está el núcleo celular, la sustancia, la membrana celular, luego necesitas ojos, orejas, nariz, diferentes especies de animales, plantas, todo este mundo y universo que nos rodea, oh, por cierto, necesitabas un ambiente en primer lugar.

[v] Las probabilidades de que 200 moléculas estén en el orden exacto = 1/10^364  (millón tiene 6, billón tiene 9 ceros).

De acuerdo, dirás, pero pasaron alrededor de miles de millones de años. ¿Cuánto tiempo hay en un billón de años? Bien, incluso si un rayo golpeara el caldo primigenio y lanzara a las moléculas en el aire cada segundo durante 8 billones de años, todavía se necesitarían 10^346th de energía para que esa cadena fuese creada.

[vi] Tomemos algo más pequeño que el universo para hacer una ilustración, algo que todos conocemos bien. Tomemos a este edificio en el que nos encontramos. ¿De dónde vino? ¿Cómo llegó aquí?

Al igual que el universo y el mundo en el que vivimos, hay dos respuestas que podemos dar respecto a los orígenes de este edificio.

O fue la combinación de fuerza impersonal + tiempo + azar, o hubo un arquitecto, un diseñador que hizo los planos, tomó las medidas y diseñó todo, alguien que lo planeó, diseño y creó.

Todos diríamos que este edificio surgió de esta segunda forma. Ahora, ninguno de nosotros rechazaría esto sólo porque no hayamos conocido al arquitecto, a la constructora o al constructor. Aunque no hemos visto a los creadores, vemos su creación, y sabemos que esto fue un producto del diseño humano inteligente.

Así, lo mismo es cierto para este universo y para Dios. Podemos mirar su creación y decir: esto fue diseñado inteligentemente.

[vii] Ante lo ocurrido el 11 de Septiembre, parece tonto tener que argumentar este punto. Calificamos a los actos cometidos por los terroristas como errados, incluso malvados, no porque nuestra sociedad piense que en este momento de la historia, nuestras sofisticadas mentes occidentales han determinado que quitar la vida de este modo es incorrecto. Sin embargo, podríamos ver otra cultura, en otra época en la que esto sea aceptable. No, creemos que está mal, sin importar qué. Ves el punto, y, sabes que puedes completar muchos otros ejemplos de la historia, sea Stalin, Hitler o un francotirador cualquiera.

[viii] «¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol».

[ix] «Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría?».

[x] «No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol».

[xi] C. S. Lewis, quien usa este argumento en una serie de lugares, lo resume de manera concisa:

Las criaturas no nacen con deseos salvo que exista una satisfacción para ellos. Un bebé siente hambre; bien, existe algo llamado comida. Un delfín quiere nadar; bien, existe algo llamado agua. Los hombres sienten deseo sexual; bien; existe algo llamado sexo. Si encuentro en mí un deseo que nada en este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui creado para otro mundo. (Mere Christianity, Bk. III, chap. 10, «Hope»)

Ahora bien, podrías estar pensando que esta «prueba» es un poco subjetiva, ya que requiere que alguien diga que tiene un deseo o  una necesidad que no está siendo saciada. Alguien podría decir, «Estoy perfectamente feliz jugando con lo que tengo, con autos de carrera, sexo, dinero o poder», solamente podemos preguntar, «¿Lo eres, realmente?» Pero sólo podemos apelar, no podemos imponernos. Nuestras almas fueron creados con una profunda necesidad de conocer a Dios. Y si tu alma hoy no siente los dolores del hambre, un día los sentirá. Y cuando lo haga, lo único que podrá satisfacerlo es una relación con Jesús.