Membresía

Cuatro mitos que impiden que los estudiantes universitarios se unan a una iglesia

Por Jim Davis

Jim sirve como Pastor Ejecutivo en Grace Bible Church de Oxford. Él y su esposa, Angela, hablan para las conferencias matrimoniales de Family Life's Weekend To Remember. También es estudiante en el Seminario Teológico Reformado de Orlando. Síguelo en twitter en @Jimdavis79 o en su blog en Jim-Davis.com.
Artículo
23.06.2019

Ha pasado más de un mes del semestre y algunos de los estudiantes de primer año siguen llevando a cabo su búsqueda de iglesia. Si ese eres tú, eres parte de la pequeña mayoría de estudiantes universitarios, así que ¡bien hecho!

La mayor parte de los estudiantes universitarios que asisten a una iglesia nunca se unen a una iglesia durante el tiempo que están fuera, eligiendo preservar la membresía de su antigua iglesia o no unirse a ninguna en ningún lugar. La pregunta que ellos hacen es esta: si tengo una comunidad, estoy siendo mentoreado, recibo enseñanza bíblica, y estoy involucrado en una misión, entonces ¿por qué necesito unirme a una iglesia? Si estás haciendo esa pregunta, entonces estás creyendo en alguna  de las combinaciones de estos cuatro mitos.

Mito #1: no hay ningún beneficio en la membresía de iglesia

La membresía de iglesia no es simplemente un nombre en un pedazo de papel, y si así es como tu iglesia ve la membresía, es tiempo de buscar una nueva iglesia. La membresía de iglesia consiste en aclarar a los líderes de la iglesia a quién es que Dios ha puesto bajo su cuidado. Hebreos 13:17 enseña a los líderes de iglesia que tienen una responsabilidad especial por aquellos que están bajo su cuidado, una responsabilidad de que rendirán cuentas.

Ahora, las iglesias locales ciertamente deberían desear cuidar del cualquiera que se encuentre dentro de sus círculos relacionales, especialmente aquellos que están sufriendo. Pero la responsabilidad hacia los miembros de la iglesia es diferente. Para unos, no es sólo un cuidado reactivo, sino proactivo. Si eres miembro de una iglesia, tendrás personas caminando de manera proactiva contigo y pensando sobre maneras en las que puedes ser equipado para toda una vida siguiendo a Jesús.

En nuestra iglesia (y otras de nuestras ciudad), los estudiantes universitarios que se unan serán conocidos, se orará por ellos regularmente, y serán equipados de una manera en que no podemos hacerlos con todo el mundo. Sin dejar de mencionar ¡la comida gratis y consejería sobre la carrera!

Mito #2: la membresía de la iglesia de mi lugar de origen es suficiente

Poniéndolo de manera simple, hay un 99% de probabilidades de que la iglesia de tu lugar de origen no pueda cuidarte de la manera en que puede hacerlo la del lugar donde se encuentra tu universidad. ¿Cómo pueden hacerlo cuando no te ven durante meses?

Aprecio el apego emocional que muchos estudiantes (y padres) tienen por la iglesia en la que crecieron, pero estoy casi seguro de que el pastor de tu lugar de origen estaría de acuerdo conmigo: debes unirte a una iglesia en el lugar donde vives.

Mito #3: obtengo todo lo que necesito del ministerio universitario

Estuve en el ministerio universitario por nueve años, y la iglesia que ahora pastoreo fue iniciada por mi personal. Tengo un aprecio profundo por el ministerio universitario. Conozco a los líderes del ministerio de estudiantes de nuestra universidad local y puedo decir con 100% de seguridad que están de acuerdo conmigo cuando digo que su ministerio no sustituye a la iglesia local.

Los ministerios universitarios son vitales para las universidades. Si mañana fueran a desaparecer, las iglesias actuarían rápidamente en crearlos de nuevo. Ellos ofrecen a los estudiantes amistades cristianas, herramientas para unirse al evangelismo universitario, y enseñanza contextualizada durante un momento crucial de la vida. Pero ellos no te conectan con la mayoría y más diverso cuerpo de creyentes.

El objetivo de la iglesia es equipar a los estudiantes universitarios para que sean fructíferos en el mundo que les espera al terminar la universidad. Y aunque unirse al ministerio universitario puede ser una parte vital de esa misión, no es nunca el todo. El ministerio universitario no bautiza, no sirve la comunión, o practica la disciplina de iglesia, o por lo menos no debería. Los estudiantes universitarios necesitan estar con personas menores de 18 años y mayores de 25. Después de todo, aunque es bueno recibir inversión por un hombre de educación superior, el consejo que recibirás de alguien en sus 20 es muy diferente de aquel de alguien que se encuentra en sus 40, 50 o más.

Además de eso, la iglesia local pierde si no los tenemos. Los estudiantes universitarios le dan vida a la iglesia. Le dan energía, emoción, visión mundial, y optimismo que de otra manera estaría faltando. Si crees en el mito #3, entonces ambos sufrimos.

Mito #4: me preocuparé por eso después de la universidad

Aquí está el problema principal con esto: no lo harás. De manera abrumadora, los estudiantes que participan en un ministerio universitario pero no en una iglesia, no se unen a una iglesia después de su graduación. Por lo menos, no hasta tener hijos. Los hábitos que desarrollamos en la universidad son frecuentemente una realidad para el resto de nuestra vida. La iglesia no es diferente. Las razones por las que los estudiantes no se unen a una iglesia local durante la universidad son las mismas razones por las que no se unen después de graduarse. Pero hay una gran diferencia: ya no hay ningún ministerio universitario y su vida espiritual comienza un espiral hacia abajo.

Los estudiantes que aprecian la iglesia local se convertirán en graduandos que apreciarán la iglesia local. También estarán en el proceso a convertirse en líderes en sus iglesias y así hacer la diferencia que soñaron en la universidad.

CONCLUSIÓN

Recientemente tuve el placer de dirigir una clase de membresía con estudiantes universitarios y pronto estaré introduciéndoles en nuestra iglesia como nuevos miembros. Cada vez que reconocemos un estudiante universitario como un nuevo miembro, la madurez de esa decisión es vista, sentida y muy apreciada. ¿Quieres seguir a Cristo fielmente durante tus años universitarios? Entonces únete a una iglesia.