Membresía

Una Membresía Nominal: Una Perspectiva Bautista del Sur

Por Al Jackson

Al Jackson es el pastor principal de la Iglesia Bautista Lakeview en Auburn, Alabama.
Artículo
17.10.2014

¿Qué tienen en común Britney Spears, Brad Pitt, Bill Clinton y Al Gore? Si respondes que los cuatro han sido miembros de iglesias bautistas del sur, entonces habrás dado en el clavo.

Estas cuatro personas se encuentran en la rama del cristianismo en la que también encontramos a Al Mohler, Mike Huckabee, Bobby Bowden, y Billy Graham, entre otros. Nuestras iglesias bautistas del sur incluyen su grupito de personalidades de renombre. Algunos honran nuestra denominación. Otros la deshonran.

MEMBRESÍA NOMINAL EN LA IGLESIA BAUTISTA DEL SUR

El propósito de este artículo es responder a la pregunta, ¿cómo ha afectado negativamente una membresía nominal en la Convención Bautista del Sur?

La pregunta presupone que la membresía en muchas iglesias bautistas del sur tiene poco impacto en cómo esos miembros deben pensar o vivir.
Históricamente, los bautistas han defendido la membresía en la iglesia de aquellos que han nacido de nuevo, lo cual implica que cada miembro debía andar en santidad y pureza. No obstante, la realidad difundida por todas partes es bien distinta. Una persona puede tener una vida que trae una gran deshonra al nombre de Cristo y, sin embargo, preservar su respetable membresía en la iglesia bautista del sur.

Esta clase de membresía nominal se puede ver en el número total de miembros de la iglesia bautista del Sur comparado con el número de gente que asiste al culto dominical. Según la convención nacional, hay 16 millones de miembros. Pero solo 6 millones aparecen en la iglesia en un domingo ordinario. ¿Dónde están los otros 10 millones de bautistas del sur? Algunos no tienen la capacidad de asistir, pero estoy seguro que esa no es la situación de esos 10 millones.

Aparentemente, el evangelista bautista del sur del siglo XX Vance Havner tenía razón cuando dijo: ‘Nosotros los bautistas del sur somos muchos, pero no somos gran cosa’. Tras la campaña de la convención nacional para añadir 1 millón de nuevos miembros a la lista de membresía dominical en 1954 –un millón más en el año 54- como bien señalara Havner,- ‘si conseguimos un millón más en el año 54, estamos hundidos’.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE UNA MEMBRESÍA NOMINAL?

La Convención Bautista del Sur es, muy posiblemente, mucho más pequeña de lo que presenta nuestro informe. Y nuestra lista de membresía, muy posiblemente, contiene una multitud de individuos no regenerados. Nuestros antepasados habrían contemplado nuestra presente condición con espanto y horror.

¿Cuáles son las consecuencias de tal membresía nominal?

Da una falsa seguridad de salvación a las multitudes

Primero, la falta en la práctica de la disciplina eclesiástica y del mantenimiento de la integridad en la membresía de nuestra iglesia, da a la gran mayoría de miembros inactivos una falsa seguridad de salvación.

Es algo común que un hombre o mujer se haga miembro de la iglesia bautista del sur, y después dejar de participar en la adoración y la comunión (algunas veces durante décadas). No obstante, cuando la iglesia no dice ni hace nada, el individuo continúa creyendo que es salvo. Esto pasa debido a nuestro rechazo a obedecer a Dios en asuntos de disciplina.

Con frecuencia decimos que amamos demasiado a los miembros inactivos como para disciplinarlos. En realidad, nuestra falta de disciplina revela una falta de amor hacia estas personas que dan poca o ninguna evidencia de su nuevo nacimiento. Muchas de esas personas están bajo la condenación del Dios santo. Esta es la consecuencia más terrible y dolorosa al permitirles que preserven su membresía en la congregación sin ningún tipo de responsabilidad por su parte en la misma.

Daña nuestro testimonio del evangelio

Segundo, el hecho de que muchos bautistas del sur vivan en abierta desobediencia a los mandamientos de Dios y se involucren poco con sus hermanos y miembros de la misma congregación daña el testimonio del evangelio de nuestra denominación. La hipocresía dentro de las iglesias es común a todos, y las Iglesias Bautistas del Sur fracasan casi universalmente en practicar la disciplina eclesiástica. Como resultado, la esposa de Cristo está manchada de pecado, cuando deberíamos proseguir adelante en pureza y santidad.

El profesor de historia de la iglesia Tom Nettles dijo que “la santidad debería preparar el terreno para la evangelización”. En otras palabras, la vida en santidad de una congregación debería decorar su testimonio evangélico. Aquellos que proclaman que el evangelio es la gracia salvadora de Dios en Jesucristo deberían ser capaces de identificarse con una asamblea de creyentes que son nuevas criaturas en Cristo.

Tristemente, muchos hombres y mujeres perdidos en sus pecados enfatizan su propia superioridad moral cuando se comparan a sí mismos con la vida inmoral y engañosa de otros miembros de la iglesia. Como resultado, se sienten justificados pero no confían en Cristo como su Salvador.

Para algunos hace desagradable algunas reuniones congregacionales

Tercero, la membresía nominal periódicamente revela un aspecto desagradable en las reuniones congregacionales para tratar asuntos eclesiásticos. La reunión congregacional típica de la iglesia bautista del sur está caracterizada por una serie de mociones y decisiones rutinarias. Sin embargo, de forma ocasional, cuando el Espíritu Santo empieza a obrar de manera que el nombre de Dios es glorificado, miembros inconversos que no han aparecido durante años, repentinamente aparecen en estas reuniones congregacionales. El resultado no es agradable. Se impiden las iniciativas que glorifican a Dios, y pastores piadosos son rechazados con frecuencia. Las ocasiones en las que se ha dado esta situación son demasiadas como para enumerarlas.

Obstaculiza nuestros esfuerzos misioneros

Cuarto, una membresía nominal en las iglesias bautistas del sur obstaculiza nuestros esfuerzos para declarar la gloria de Dios a las naciones.

Sí, es verdad que tenemos el mayor número de misioneros a nivel mundial de todas las denominaciones americanas. Los 5.000 misioneros de nuestra Junta Misionera Internacional abarcan todo el planeta. No obstante, esto se traduce en un misionero por cada cuatro iglesias bautistas del sur. A la luz de la clara enseñanza de la Biblia sobre las misiones, ¿es irrealista pensar que cada iglesia debería tener al menos un misionero sirviendo internacionalmente? Más de 30.000 iglesias bautistas del sur no tienen ningún misionero entre sus filas. ¿Cómo puede ser eso? ¿Dónde está la pasión por declarar la gloria de Dios entre las naciones?

Consideremos otra estadística misionera más: Los bautistas del sur dieron aproximadamente 150 millones de dólares el año pasado a la Ofrenda Anual Navideña de Lottie Moon para las Misiones Internacionales. Los bautistas del sur suelen sentir cierta satisfacción al saber que la Ofrenda Lottie Moon es la ofrenda más grande en los dos mil años de historia que tiene el cristianismo. Pero si hacemos cuentas, y dividimos 150 millones de dólares entre 16 millones de bautistas del sur, da como resultado a menos de 10 dólares por persona. Aparentemente, obedecer el último mandato de Jesús de “ir a todas las naciones” significa muy poco para muchos.

¿QUÉ HAREMOS? RECOBRAR UNA MEMBRESÍA VERDADERA PLENA

El panorama que he intentado dar en este artículo es desalentador. El diagnóstico de Vance Havner de hace 50 años –”Los bautistas del sur son muchos, pero no son gran cosa”- es tan cierto hoy como lo era entonces. La tragedia más grande de la membresía nominal es que la gloria de Dios en su iglesia ha disminuido.

La Convención Bautista del Sur necesita recuperar desesperadamente una membresía verdadera. Quizá entonces sabremos algo más de “aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edad, por los siglos de los siglos. Amén” (Ef.3:20-21).

 

Traducido por Ángel Álvarez