Clases esenciales: Masculinidad y Femineidad Bíblicas

Masculinidad y Femineidad Bíblicas – Clase 5: Definición de Femineidad Bíblica (Parte 2)

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
20.07.2017

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Clase esencial
Masculinidad y Femineidad Bíblicas
Clase 5: Definición de Femineidad Bíblica (Parte 2)


I. Introducción y Repaso

El día de hoy vamos a abrir con un par de preguntas para que las respondas. Primero, ¿cómo define el mundo la femineidad? Con el mundo, quiero decir todo lo que va desde la revista Cosmopolitan hasta los libros de autoayuda, desde Oprah hasta Hugh Hefner – quizá estés de acuerdo, quizá no, pero ¿qué dice el mundo?

Pienso que el mensaje del mundo para nosotros sobre la femineidad es como ir a la feria y pasar por la casa de espejos. Cuando estás allí, te ves a ti mismo, pero en formas que son confusas – algunas veces todo estirado, otras torcido – pareces tú, pero hay mensajes mezclados por todas partes. Eso es difícil. Es confuso.

Segundo, ¿cómo Dios define la femineidad? Vimos una serie de pasajes la semana pasada, podrías remitirnos a uno de ellos; o, a un pasaje o principio distinto de las Escrituras. [Asegúrate de que el siguiente material sea cubierto:]

  • Génesis 1-3: Los hombres y las mujeres son creados igualmente a imagen de Dios, ambos deben glorificar a Dios, la mujer es creada con el rol único de ser la ayudante del hombre. En la caída, los roles de esposa y madre, en particular, son maldecidos y hechos más difíciles. De manera más amplia, dijimos que todas las mujeres (casadas y solteras) aplican esto en sus relaciones con los hombres en general, al tener una postura del corazón que busca afirmar, nutrir y facilitar el llamado de Dios al hombre para servir y proteger a otros.
  • Efesios 5:22-24, 33: Las esposas se someten a sus maridos y los respetan porque al hacerlo, se someten al Señor.
  • Vimos en Proverbios 31:10-31, a una mujer sabia y capacitada que usaba sus habilidades para bendecir a los que la rodeaban, específicamente a su familia. Recuerda, la mujer allí representada es «proverbial» – es lenguaje poético celebrando las virtudes femeninas idealizadas. Ninguna mujer es perfecta. No te desanimes al no alcanzar su ejemplo, confía en Cristo para que obre el crecimiento en ti.
  • Y recuerda Gálatas 3:28: «Ya no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo». Los hombres y las mujeres necesitan redención en Cristo. Y ambos la encuentran sólo a través de la fe. Tanto mujeres como hombres encuentran su principal identidad al estar unidos a Jesús (el hombre perfecto) y vivir para glorificar a Dios.

Hoy, vamos a continuar explorando lo que la Biblia dice sobre la femineidad en tres formas. Primero, miraremos 1 Pedro 3, donde vemos cómo la belleza piadosa puede brillar aún cuando una mujer está casada con un no creyente. Luego, veremos unos cuantos ejemplos de mujeres solteras ejemplares en las Escrituras, porque la femineidad es un llamado bíblico sin importar el estado civil. Finalmente, reuniremos todas las piezas en una definición resumida que explicaremos.

Empecemos yendo a 1 Pedro 3:1-6 (si tienes tu Biblia, puedes adelantarte e ir allí). Una de las preguntas que surge al hablar sobre la femineidad en el matrimonio es, ¿qué sucede si un esposo no es siempre respetable o no está liderando bien… debe todavía la esposa someterse a él? ¿Cómo debería ser esa «sumisión»?

1 Pedro 3:1-6: «Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar vuestra conducta casta y respetuosa. Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. Así obedeció Sara a Abraham, llamándolo señor[1], y vosotras habéis llegado a ser hijas de ella, si hacéis el bien y no estáis amedrentadas por ningún temor». (LBLA)

Entonces… de estos versículos, particularmente los primeros dos, ¿cuál es la respuesta a la muy razonable pregunta acerca de si una esposa está o no llamada a someterse a un marido que no está liderando bien? La respuesta es: generalmente, sí. Pedro dice «si algunos de ellos son desobedientes a la palabra», otra forma de traducirlo es «si algunos de ellos no cree». Por tanto, el hombre a la vista en este pasaje es, en el peor de los casos, un no cristiano o, en el mejor de los casos, un cristiano inmaduro. Y no voy suavizarlo. Esa es una situación muy difícil de soportar. Él está fallando en el liderazgo, y la mujer tiene la responsabilidad de confiar en Dios y buscar ganarlo en obediencia y fe en Cristo a través de su vida santa y «espíritu tierno y sereno». Mira los versículos 5-6: Pedro señala que esta sumisión es un patrón en las Escrituras, que va de regreso hasta Sara. Abraham hizo algunas jugadas idiotas, y sin embargo, ella continuó respetándolo como su ayudante. Él reconoce que puede ser atemorizante el estar casadas con hombres imperfectos, especialmente con un no creyente. Él llama a las mujeres a poner su confianza finalmente no en sus maridos sino en Dios. Él es a quien tememos – en un sentido de total admiración y confianza.

Ahora bien, damas… tiempo fuera por un minuto. Hombres… ¿Escuchan esto? Si estás casado o esperas estarlo algún día, ¿escuchas lo que Dios llama a tu esposa a hacer? Dios le está diciendo que ella debe seguirte y respetarte y someterse a ti… aún cuando seas inmaduro en tu liderazgo. Su respuesta a ti es un acto de fe en Dios. Si eso no conmociona en ti un deseo de amarla y guiarla cariñosamente, entonces necesitas examinar tu corazón. ¡Debemos temblar ante Dios al saber que tenemos tan importante custodia!

Volviendo a ustedes… mujeres. El pasaje habla sobre la esposa ganando a su marido «sin palabra». Esto no significa que ella nunca dice nada. No significa que ella nunca comparte su corazón o lo cuestiona. La suposición es que él conoce el evangelio, porque dice que él no obedece la palabra. Él la ha escuchado, pero no la obedece. Entonces, ella no necesita hablarle sobre Dios, el hombre, Cristo y responder en la cena cada noche. Eso lo provocaría innecesariamente. Lo que sí significa, es que ella intenta influenciarlo no principalmente a través de palabras, sino a través de acciones. ¡Mediante el amor, el respeto, el servicio y la oración intercesora persistente!

Lo que esto implica entonces es que, fastidiar y quejarse y gritarle en frente de otros no es la respuesta. Estos versículos resaltan la postura de tu corazón. Es una postura de humildad y belleza interior que confía en Dios y sabe que él está en control, aún en medio del caos.

Sin embargo, sí quiero mencionar que hay situaciones en las que un marido puede cruzar la línea y una esposa no debería someterse. Por ejemplo, ella nunca debería seguir a su marido para pecar. Ella debe unirse a los apóstoles en el libro de Hechos cuando dicen, «Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29). Y si un esposo se vuelve abusivo y hace mal uso de su autoridad en formas dañinas, lo correcto ante Dios es no someterse a eso, sino buscar ayuda. Esa es una razón por la cual la iglesia tiene ancianos – para ayudar a las mujeres en tiempos tan difíciles a discernir lo que se debería hacer, y para intervenir y protegerlas de ser necesario.

Pero en estos versículos, no sólo vemos cómo una esposa debería lidiar con un marido difícil, sino que otra vez, vemos lo que la Biblia dice que es la verdadera belleza. Mira de nuevo los versículos 3-4, donde Pedro contrasta un adorno externo con la belleza real, permanente y duradera de un carácter femenino piadoso (lee v. 3-4). Estos  versículos no enseñan que no puedes usar maquillaje o arreglar tu cabello; ellos enseñan que no puedes depender preeminentemente de esas cosas para ser hermosa.

Después de todo, ¿qué dice la Biblia de la belleza? Somos creados por Dios y la belleza física refleja la maravilla de su creación. Las Escrituras describen a Sara como de «hermoso parecer» en Génesis 12, a Raquel como de «lindo semblante» en Génesis 29, y a Ester como de «hermosa figura y de buen parecer» en Ester 2. La belleza física no es mala, es un regalo de Dios. Sin embargo, la Biblia también dice claramente que la belleza física es inferior a la sabiduría bíblica, al discernimiento y al carácter. Aún más crucial, la belleza física es efímera y estas cosas no. Proverbios 31:30, «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada».

O, como Pedro dice en el versículo 4, la verdadera belleza viene de un espíritu tierno y sereno. ¿Qué significa eso? Un espíritu tierno es aquel que no es insistente en sus propios derechos. Es uno que no siempre eleva tus propias ideas o demanda que las cosas se hagan a tu manera. De nuevo, esto no significa que nunca debes hablar. ¡No significa que no puedes tener una personalidad extrovertida! Fundamentalmente, sin duda, significa que controlas tu lengua. En los Proverbios, tener una lengua suelta va de la mano con ser rencilloso o desagradable, y varios proverbios dicen algo como esto: «Mejor es morar en tierra desierta, que con la mujer rencillosa e iracunda» (Proverbios 21:19).

Así que, no malinterpretes. Pedro no está diciendo que ser introvertido es una forma de ser piadoso. Un espíritu tierno y sereno es posible, tanto para personas conversadoras y del tipo extrovertidas como para personas introvertidas y tímidas. Él está hablando acerca del espíritu de la mujer – de su disposición, postura y actitud. Lo opuesto a un espíritu tierno y sereno es un espíritu de burla, fastidio y crítica o de calumnia a los hombres.

Aquellas que adoptan la verdadera belleza, la belleza de una disposición femenina, reciben el elogio maravilloso del versículo 4: ¡Esta belleza es preciosa a los ojos de Dios y distingue magníficamente a una mujer santa cuya confianza más profunda está en Dios!

¿ALGUNA PREGUNTA?

II. Mujeres ejemplares

Ahora, hablamos la semana pasada acerca de cómo uno de los desafíos cuando intentamos definir la femineidad, es que la mayoría de la enseñanza bíblica sobre este tema se dirige a las mujeres en el contexto del matrimonio. Pero no necesitas estar casada para ser mujer, y Pablo incluso recomienda la soltería a las mujeres en 1 Corintios 7:34: «La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu». Ella tiene toda su atención en Dios. Por tanto, Pablo dice que ese es un estado maravilloso en el cual estar.

Así que, pensé que sería útil mencionar brevemente a tres mujeres solteras de las Escrituras, y cómo ellas son puestas como ejemplos de piedad para nosotros. Todas estas mujeres ejemplifican cualidades de la definición de la femineidad que veremos, aunque son solteras. Y los hombres también pueden aprender mucho de estas mujeres. Voy a darte la versión tráiler de la película, y tú puedes ir a las Escrituras y aprender más sobre estas mujeres.

1. Mujer #1: Rut. Lee el libro de Rut. Ella es una viuda. Es leal a su suegra Noemí. Ella se cruza en el camino de Booz, y sin embargo, lo hace de una forma sumisa y respetuosa. Su ética de trabajo combinada con su carácter piadoso son reflejados intensamente aún en medio de la oscura providencia de sufrimiento en la que se encontraba.
2. Mujer #2: Ester. Lee el libro de Ester. Como mujer soltera, ella honra el liderazgo de su padre adoptivo, Mardoqueo, y le obedece. Luego cuando está casada con un rey corrupto, ella no se une a su pecado, sino que valientemente se levanta y arriesga su vida por el pueblo de Dios. ¡Esa es la verdadera fuerza femenina!
3. Mujer #3: María. Lee Lucas 1. Sin ser mayor que una adolescente y sin todavía estar casada con José, se entera de que dará a luz a Cristo y dice: «He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra» (Lucas 1:38). Su canto en Lucas 1 muestra que está consagrada a la voluntad de Dios y que su esperanza está en Dios como el libertador de Israel.

Tres mujeres. Todas imperfectas. Sin embargo, todas ellas demuestran no sólo la piedad general que todos podemos emular, sino particularmente las virtudes femeninas. Eso nos lleva a nuestra definición de femineidad bíblica:

La esencia de la femineidad bíblica es una disposición libre para afirmar, recibir y nutrir la fortaleza y liderazgo de hombres dignos de formas que sean apropiadas en las diferentes relaciones de la mujer.

Comencemos con esa primera frase:

III. La esencia de la femineidad bíblica es una disposición libre…

Una disposición es la tendencia de una persona de responder a alguien o algo de cierta manera.

Por ejemplo… Pensemos en la disposición de una esposa hacia su marido. En general, la disposición de una esposa hacia su marido debería ser una de sumisión y respeto, como vimos en Efesios 5 y 1 Pedro 3. Eso va a ser más fácil cuando su esposo la guíe y ame como Cristo guió y amó a la iglesia. Cuando él decae, la esposa querrá orar para que su marido crezca y proactivamente lo animará a asumir el liderazgo. Habrá tiempos en los que tenga que hacer cosas que el marido debería estar haciendo. Pero en todo esto, ella todavía puede tener un espíritu de sumisión y una disposición para ceder. Una mujer piadosa puede mostrar con su actitud y comportamiento que no le gusta resistirse a su marido ni busca oportunidades para rebelarse en su contra. Ella puede dejar claro que anhela que él abandone el pecado y lidere en justicia.

Entonces, ¿como debería una mujer que no está casada pensar sobre lo que significa tener una disposición femenina? Bueno, una mujer soltera pasa su tiempo de forma diferente a como lo hace una mujer casada… pero, al mismo tiempo, ella debería creer las mismas cosas acerca de lo que es una disposición piadosa. La mujer soltera puede tener más oportunidades para ministrar fuera de casa, más tiempo para socializar y más responsabilidades para el trabajo fuera de casa… pero todo el tiempo, ella debería estar buscando ayudar a los hombres a ejercer cualquiera sea el liderazgo al cual Dios los llamó, y honrarlos mientras ellos lo hacen.

  • Ejemplos: (1) Las mujeres solteras aquí en CHBC que me animan en mi rol de ayudar al pastor de la iglesia (un e-mail o carta amable; haciéndome saber que están orando por mi ministerio); (2) ¡Varias mujeres solteras han bendecido mi matrimonio al querer ansiosamente cuidar a mis hijos para que pueda tener una cita con Julie! (en ambos escenarios, estas queridas hermanas están «ayudando» y bendiciendo mis funciones de liderazgo en formas significativas).

Eso es la disposición en sí misma. La otra parte de esta definición, es que esta disposición de la femineidad bíblica a la cual están llamadas las mujeres, tan difícil como pueda ser a veces, es creada por Dios para ser experimentada en forma libre. Lo que esto significa es que en el diseño de Dios, las mujeres encuentran libertad, gozo y seguridad al afirmar y recibir fortaleza y liderazgo de hombres dignos.[2]

¿PREGUNTAS?

De acuerdo, entonces, la «disposición femenina es una disposición…» ¿Para hacer qué? Es libre…

IV. «. . .PARA AFIRMAR, RECIBIR Y NUTRIR LA FORTALEZA Y EL LIDERAZGO DE HOMBRES DIGNOS. . .»

Por supuesto, una mujer puede ser completamente femenina si no hay ningún hombre en kilómetros. Pero generalmente, sus virtudes femeninas se verán más claramente, en sus relaciones con los hombres, al igual que dijimos que la masculinidad se ve más claramente en la manera en que los hombres tratan a las mujeres. Las relaciones entre los hombres y las mujeres aportan claridad al rol distinto que tiene cada sexo. Eso es lo que está detrás de redactar la definición de esta forma.

Aquí vemos, que las energías y esfuerzos de una mujer se centran en responder a la «fortaleza y el liderazgo» de los hombres. Esta fortaleza (para servir) y liderazgo (para proteger) son las cualidades que hemos dicho que un hombre bíblico debería poseer. Los hombres deben estar conscientes de su responsabilidad para liderar, proveer y proteger. Una mujer entonces, debería tener una disposición para ayudar a los hombres a tener y hacer esas cosas, mientras que también espera que ella se beneficie de esas cosas, porque Dios lo diseñó de esa manera.

Pensemos primero en esa frase, «hombres dignos». Esto simplemente señala que hay algunas clases de fortalezas y liderazgos que una mujer nunca debería afirmar o facilitar. Ser una mujer bíblica no es simplemente responder pasivamente a lo que sea que los hombres pecaminosos ofrezcan. No, ¡una mujer bíblica debe preocuparse en primer lugar por agradar a nuestro SEÑOR! Ella estará ansiosa por obedecer 1 Tesalonicenses 5:22, «Absteneos de toda especie de mal» y Efesios 5:11, «Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas».

Así que, cuando un hombre no está liderando como debería y no es digno de respeto, la respuesta de la mujer es no abandonar su femineidad. Ella quizá tenga que intervenir y llevar a la familia a la iglesia o pagar las cuentas o guiar a los hijos en oración si el marido falla en dirigir en estas cosas. Pero su femineidad permanece intacta como un deseo de que las cosas sean como Dios quiso que fueran.

Pensemos en cómo continua el resto de esta línea de la definición. Que una mujer «afirme» la fortaleza y el liderazgo, simplemente significa que ella es una defensora de las relaciones masculinas-femeninas de las que hemos estado hablando en esta clase. Una mujer debería procurar ayudar al liderazgo de hombres dingos. Va más allá de sólo permitir que el liderazgo masculino ocurra… En lugar, encuentra maneras de apoyarlo y celebrarlo.

La próxima palabra es «recibir». Esto quiere decir, que una mujer debería procurar aceptar y experimentar alegremente el liderazgo de hombres dignos. Una mujer piadosa se contenta cuando un hombre respetuoso, amable y gentil ofrece liderazgo y provee esfuerzos de iniciativa. Ella no quiere robar esas funciones – ella se contenta cuando los hombres lideran y no sólo son pasivos. Entonces, ella permite, cuando es apropiado, que un hombre le abra la puerta o la acompañe hasta su auto o casa. Ella debería permitir sentirse realzada, honrada y liberada cuando un hombre muestra fortaleza de forma atenta y liderazgo servicial.

La tercera acción de esta definición es la idea de «nutrir». Este es el aspecto de la definición que más expresa la idea de ser una ayudante. En Génesis 2, vimos al hombre encargado de ser el principal cuidador del Huerto y el custodio de los mandamientos de Dios. La mujer fue creada para ayudar al hombre con el trabajo y con la obediencia a Dios. Con eso en mente, una mujer debería ver esta idea de nutrir, no sólo como beneficiarse del trabajo del hombre, sino para facilitar el trabajo que Dios ha llamado al hombre a hacer al ayudarlo. En el contexto del matrimonio, una esposa debe ser la pareja y asistente de su marido. Ella se une a los actos apropiados de liderazgo y participa en el proceso de liderazgo.

Recuerda a la esposa de Proverbios 31. Ella es una mujer fuerte y talentosa, pero ¿qué hace ella por su marido? Ella sólo lo hace mejor [Ejemplo: Mi esposa Julie – sólo estar cerca de ella me hizo querer ser más firme al tomar decisiones, más diligente en mi ética laboral y más sabio en cómo gasto mi dinero. ¡Mi deseo de seguir fue moldeado en gran medida por su influencia en mí para ser un hombre más integral y maduro!].

La mujer piadosa aporta sus fuerzas y conocimientos a situaciones, y ayuda a que los hombres sean más fuertes y sabios, y hace a las relaciones entre los hombres y las mujeres mejores.

Esta es la forma que Dios creó para que los hombres y las mujeres trabajen juntos. Dios los ha hecho para complementarse entre sí. Los hombres no pueden hacer todo separados de las mujeres, y las mujeres no pueden hacer todo separadas de los hombres. Nos necesitamos los unos a los otros… en la familia, en la iglesia, en nuestra cultura, y en nuestras comunidades.

La última frase por explorar en nuestra definición inicial de femineidad bíblica es:

V. «. . .DE FORMAS QUE SEAN APROPIADAS EN LAS DIFERENTES RELACIONES DE LA MUJER. . .»

La idea principal de esta última parte es muy simple: la femineidad bíblica no se expresa a sí misma de la misma forma hacia cada hombre o hacia cada relación. Una mujer casada, por ejemplo, no debería recibir la misma clase de liderazgo de cualquier otro hombre que la que ella recibe de su marido. Las mujeres en la iglesia reconocen un tipo de autoridad en los ancianos como aquellos a los cuales Cristo les ha dado como  dones enseñar y liderar a la iglesia.

Pero aquí está el punto clave: Una mujer bíblica debería procurar afirmar y nutrir el rol y la naturaleza dados por Dios a los hombres como lideres-siervos, y su rol y naturaleza dados por Dios como ayudante, de formas que sean apropiadas, en todas sus relaciones con los hombres. Luego tendremos toda una clase sobre masculinidad y femineidad bíblicas en el mundo donde tratamos de desarrollar más esto.

Antes de concluir, me gustaría dirigirme un momento a aquellas de ustedes que han sido lastimadas, en cualquier nivel, por alguna autoridad masculina anti-bíblica y distorsionada. Por favor, comprende que a Dios no le agradó ese abuso de autoridad. A Dios no le dio satisfacción tu sufrimiento. Dios es todo bueno. Él todavía te ama, y quiere que sepas que cualquiera sea el abuso de poder que experimentaste, no es la única clase de autoridad que hay. Hay hombres piadosos que aman al Señor, que se complacen en servir y cuidar sacrificialmente a las mujeres.

Comprende también, que ese abuso de autoridad de ninguna forma representa a Dios. Dios es perfecto y nunca abusa de su autoridad. De hecho, su Hijo voluntariamente entregó su vida en la cruz para tomar toda la vergüenza, culpa y dolor que el pecado trajo sobre ti… y aún tu propio pecado. Y a través de la fe en su Hijo, Dios puede sanar tus heridas más profundas y colocarte en un nuevo camino de libertad y seguridad en él.

Aunque el pecado ha traído dolor en tu vida, el amor y la misericordia de Dios pueden restaurarte.

Lo que sea que Dios te llame a hacer, él te dará la gracia para cumplirlo.

Elisabeth Elliot una vez dijo,

«El hecho de ser mujer no me hace una clase de cristiana diferente, pero el hecho de que soy cristiana, sí me hace una clase de mujer diferente».

[1] Ve Génesis 18:12. «Señor» = término de respeto/honor. Pedro no está diciendo que las mujeres necesitan usar literalmente esta palabra.

[2] Material opcional antiguo que encaja aquí (la nota al pie puede continuar en la página siguiente): Ahora bien, creo que todos nosotros sabemos que el mundo en el cual vivimos no ve la sumisión de una mujer a su marido, y el que las mujeres honren el liderazgo de los hombres en generalmente como cosas liberadoras. De hecho, si ves televisión por una noche, verás que la libertad para las mujeres es presentada como el ser económicamente autosuficiente, educacionalmente superior, físicamente fuerte, sexualmente agresiva e independientemente exitosa. Nuestra cultura ve la libertad como no tener autoridad y restricciones. Esto no podría estar más lejos de la verdad.

De la misma forma, la verdadera libertad viene de trabajar en el diseño de Dios, no fuera de él. Es por eso, que decimos que someternos al diseño de Dios es liberador. El diseño de Dios para los hombres y las mujeres, la iglesia y la familia no llama a las mujeres a ser abusadas, patrocinadas o despreciadas. Todo lo contrario – las llama a ser servidas y honradas. Bien… Este es un buen lugar para señalar lo que todos estamos muy conscientes de… el gozo que Dios diseñó que conociéramos no siempre es experimentado completamente por causa del pecado… Dos clases de pecado. 1ero, están las tendencias pecaminosas de los hombres. Hay muchos padres que lastiman a sus hijas. Hay líderes en las iglesias que abusan de aquellas que están bajo su cuidado. Hay maridos que fallan en seguir el ejemplo de Cristo. Los hombres pecan y esto puede robar el gozo que Dios pretendió que las mujeres conocieran. 2do, las tendencias pecaminosas de las mujeres. Las mujeres pueden ser propensas a socavar el liderazgo de los hombres y a buscar presumir autoridad por su propia cuenta. Esto, irónicamente, también roba el gozo de las mujeres que Dios pretende que ellas conozcan.

Por eso, es bueno que tanto los hombres como las mujeres, se den cuenta que nuestra postura fundamental ante Dios debe ser una de humildad donde constantemente nos apoyamos en la gracia que nos ha mostrado en el evangelio de Cristo. Jesús murió por todas nuestras tendencias pecaminosas, ya sean de hombres o mujeres. Debemos ir a Cristo y rogarle que nos ayude a confiar en su diseño. Pienso en las palabras de Jesús que dijeron en Juan 15:11, sobre los mandamientos de Dios: «Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido».