Predicación expositiva

¿Ha cambiado la predicación desde la iglesia primitiva?

Por Peter Sanlon

Peter Sanlon es ministro de la Iglesia de San Marcos, Tunbridge Wells, Reino Unido, y autor de 'La teología de la predicación de Agustín' (Fortaleza), 'Simply God' (IVP) y contribuyó al próximo 'Manual del latín patrístico sermón' ( Brill) .. Lo puedes encontrar en Twitter en @Sanlon.
Artículo
15.10.2018

La predicación expositiva regular y sistemática de la Escritura toma su lugar principal en mi visión para el ministerio normal de iglesia. Mientras predico a través de la Biblia, libro por libro y con mis congregaciones, creo que estoy continuando un oficio y una tradición que tiene sus raíces en el pentateuco, los métodos de enseñanza judía y la iglesia apostólica. El espacio no nos permite dilucidar la naturaleza de estos primeros florecimientos de la predicación expositiva y en su lugar se me ha pedido compartir reflexiones sobre la naturaleza de nuestra deuda con la predicación de la iglesia primitiva post-bíblica.

Los predicadores de la iglesia primitiva que considero maestros artesanos incluyen a Ambrosio, Jerónimo, Gregorio de Nazianzo, Crisóstomo, Anastacio, Agustín y Pedro Crisólogo Chrysologus. Sin embargo, cuando leo los sermones de estos profesionales de la predicación expositiva no puedo más que reconocer que su predicación parece ajena a los que es hoy en día conocido como expositivo. ¿Cómo puede la predicación expositiva moderna ser dependiente de la predicación de la iglesia primitiva que parece tan ajena a nosotros?

 

CONVICCIÓN COMPARTIDA ENTRE LO ANTIGUO Y LO MODERNO

Primero, es importante otorgarle el peso debido a la convicción compartida que nosotros y los predicadores patrísticos tenemos en común. Los profesionales antiguos y contemporáneos de la predicación expositiva por igual han creído que la Escritura es verdad en todo lo que establece. Además, ambos han sostenido que cuando la Biblia es predicada, Dios mismo es quien habla.

En muchos lugares, los padres como Tertuliano establecieron que cualquier cosa que la Escritura enseña es verdad. Agustín también declaró: «he aprendido a otorgarle este respeto y honor solo a los libros canónicos de la Escritura: solo de estos debo creer firmemente que los autores estaban completamente libres del error». Dichas afirmaciones explícitas de la veracidad de la Biblia son valiosas para la reconstrucción de la visión patrística de la Escritura.

Sin embargo, por menos relevantes que sean las implicaciones que puedan ser obtenidas del uso actual de la Escritura a través del gran cuerpo de los padres de la iglesia, la predicación era el lugar principal donde la Biblia era utilizada en la iglesia primitiva y cuando es reunida cita tras cita se convierte en algo muy claro el hecho de que los predicadores antiguos manejaron la Escritura como lo hicieron porque creyeron que era verdad y que a través de ella Dios se dirige a los oyentes.

Como predicó Agustín: «tratemos la Escritura como la Escritura: como Dios hablando». Sin esa convicción hay poca motivación para estudiar el texto bíblico para la preparación de un sermón como lo hicieron los padres.

¿Por qué entonces los sermones de la iglesia primitiva son tan diferentes de aquellos de los predicadores modernos occidentales que comparten el mismo compromiso con la función de la Escritura en que Dios habla? Los sermones patrísticos muchas veces utilizan alegorías oscuras, asumen importancia en número y pueden saltar de un lado a otro en la Biblia de manera aparentemente aleatoria. Los sermones patrísticos pueden tener reflexiones y excursiones que aparentemente divergen bastante del texto aparentemente en consideración. ¿Es la idea de que la predicación expositiva moderna desciende de dichas homilías antiguas simplemente ilusiones?

 

LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA SE INTERRELACIONA CON LA CULTURA PAGANA

La predicación expositiva es un arte, y también la disciplina pastoral que interactúa con la cultura pagana en general y la oratoria pagana en particular.

Los predicadores patrísticos —y los predicadores contemporáneos— comprometidos con la predicación expositiva tienen visiones radicalmente divergentes de la erudición pagana. Algunos predicadores incluyen citas de autores paganos en la preparación de sus exposiciones. Por ejemplo, Ambrosio tiene más de cien citas de Virgilio en sus sermones existentes y utilizaba al escritor médico Galeno para ayudarse a explicar Génesis. Tertuliano condenaba el aprendizaje pagano como algo dañino para la teología. Su forma de hablar utilizaba técnicas retóricas formadas en escuelas paganas y nos recuerda que nadie puede escapar totalmente su contexto.

La frecuencia de las citas de autores paganos es solo la manera más obvia en que el aprendizaje pagano ha influenciado los sermones patrísticos. A nivel más profundo, la cultura pagana del mundo antiguo estaba cautivada por las palabras, su significado y su formación. La acumulación de sermones de la Biblia cita por cita y el uso de pasajes claros de la Biblia para interpretar los pasajes más oscuros, eran técnicas que los predicadores aprendieron de escuelas paganas dirigidas por Homero.

Al igual que la Reforma, los antecedentes educativos de los predicadores patrísticos formaron sus ministerios de manera profunda. El primer manual sobre aprender a predicar fue escrito por Agustín. Tenía secciones extensas reflexionando sobre como apropiarse mejor de lecciones de oratoria de Cicerón. Agustín vio valor en los conocimientos paganos para hablar bien: «¿por qué aquellos que hablan la verdad lo hacen como si fueran estúpidos, aburridos y medio dormidos?» A pesar de recomendar algunas lecciones de Cicerón, al final Agustín pensó que orar y escuchar buenos predicadores era más importante.

Mucho de lo que hace que los sermones patrísticos sean diferentes de los sermones modernos, viene del hecho de que en nuestros ministerios de predicación expositiva, nosotros y nuestros antepasados hemos —consciente o inconscientemente— utilizado lo mejor de nuestros conocimientos paganos disponibles para la hermenéutica y la comunicación. Los predicadores antiguos creían que la Biblia era una palabra divina de verdad, rica para los oyentes. Ellos veían el significado en forma de números porque la cultura pagana era una que veía la belleza, la verdad y el significado en las profundidades escondidas en los números. Si fue así para las matemáticas, los discursos persuasivos y la filosofía, ellos pensaban que lo sería aún más para un texto inspirado por Dios mismo. El contexto del aprendizaje secular dio forma al enfoque de los antiguos predicadores sobre su oficio.

Lo mismo es verdad en lo que se refiere a asuntos prácticos de la predicación. Algunos predicadores escribieron sus sermones en su totalidad y los leyeron. Otros, como Agustín, meditaron sobre el pasaje durante la semana y luego hablaron de manera espontánea. Muchas escuelas de retórica enseñaron a los estudiantes a hablar en público haciéndoles leer y memorizar discursos. Quintiliano, un orador pagano, afirmó que esto era una manera superficial e inmadura de hablar en público. Si el predicador estaba de acuerdo o no con Quintiliano dio forma su práctica en cuanto a hablar a partir de un bosquejo.  

Sería un grave error asumir que nuestro enfoque moderno para entender y predicar la Biblia es automáticamente superior al de los predicadores antiguos. Sería también incorrecto perder el hecho de que la predicación expositiva desciende de las homiléticas patrísticas y comparte sus convicciones fundamentales.

 

LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA SE DESARROLLA CON LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Otra razón por la que los sermones patrísticos parecen tan únicos es que fueron predicados por personas dentro del contexto de la historia de la iglesia en la que estaban. En el mundo antiguo, algunos predicadores se beneficiaron de la referencia cruzada de las traducciones iniciadas por Orígenes en su Hexapla. Agustín luchó con el hecho de si debía adoptar la traducción de la Biblia más erudita de Jerónimo  o apegarse a la versión con la que su congregación estaba más familiarizada. Él optó mantener la traducción menos exacta para su congregación a partir de la sensibilidad pastoral, mientras integraba lentamente la traducción de Jerónimo  en sus escritos académicos.

A medida que avanzaba la historia de la iglesia, se desarrollaban las herramientas y la forma de la predicación expositiva. Una de las áreas más obvias donde esto aplicaba era aquella de la historia de la salvación. En la iglesia primitiva, los predicadores estaban muy conscientes de que hubo desarrollo en la historia de la Biblia. Ireneo desarrolló una teología de «recapitulación» basada en las repeticiones percibidas en la historia de la salvación como el árbol de Génesis 2 y la cruz donde fue colgado Cristo.

El rechazo herético de Marción del Antiguo Testamento y las interacciones con los eruditos judíos llevó a muchos predicadores a predicar acerca de la similitud y unidad entre los Testamentos. El énfasis de Agustín en la gracia en la controversia pelagiana lo llevó a enfatizar la diferencia entre la ley y el evangelio. Todo esto —y la práctica aparentemente ubicua de alegoría —fueron los primeros intentos de los predicadores para abordar los pasajes escriturales de una manera que fuera justa con toda la historia de la salvación.

Debido a los muchos desarrollos de la historia de la iglesia que nos ofrecen maneras frescas para matizar y articular la historia de la salvación, es entendible que los sermones patrísticos puedan parecer ajenos en su interpretación teológica. En realidad, los grandes predicadores de los primeros siglos estaban trazando las posibilidades de configurar la unidad y diversidad del canon, algo con que aún se lucha y difiere hoy en día.

CONCLUSIÓN

¿Es que la predicación expositiva cambió desde la iglesia primitiva? En la medida que la predicación expositiva debe interactuar con la cultura pagana y desarrollarse con la historia de la iglesia, la respuesta es sí. Si esto nos ciega a las convicciones principales compartidas acerca de la autoridad de las Escrituras y la pasión que lleva a los predicadores a utilizar el mejor material que podamos adquirir en la cultura y la teología para predicar la Biblia fielmente, no sólo deshonraríamos a los santos que han trabajado antes de nosotros sino que nos desheredaríamos nosotros mismos de un tesoro que puede ayudarnos a mejorar nuestra predicación­: la predicación de la iglesia primitiva.