Clases esenciales: Dos Maneras De Vivir

Dos Maneras de Vivir – Clase 5: Jesús – El Gobernante Resucitado

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
18.04.2017

  Descargar Manuscrito en formato Word
  Descargar Folleto del Alumno en formato Word

 
Clase esencial
Dos Maneras de Vivir
Clase 5: Jesús – El Gobernante Resucitado


ORACIÓN

Bienvenidos a esta quinta clase del seminario básico Dos Maneras de Vivir. Como hemos estado diciendo cada semana, el objetivo de esta clase es solidificar el contenido del evangelio en nuestras propias mentes para que podamos compartirlo mejor con otros.

Esta clase está dividida en seis semanas con cada semana enfocándose en una etapa diferente de la presentación del evangelio. Pero antes de que comencemos, queremos repasar nuevamente las partes anteriores del evangelio ya enseñadas. La repetición es buena para ayudarnos a recordar lo que hemos aprendido.

I. Repaso

Así que, para repasar, pasemos por cada Célula y 1) expliquemos lo que hemos aprendido; 2) repitamos el versículo correspondiente y 3) dibujemos la imagen que encaja con él. [Repite estas preguntas para las Células 1-4 como se muestra abajo.]

Célula 1

Resumen: Dios creó todo y es el gobernante amoroso de su creación. Él nos hizo a su imagen para ser gobernantes del mundo bajo él.

Versículo: Apocalipsis 4:11 – «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas».

Imagen:

Célula 2

Resumen: El hombre pecó al rebelarse contra Dios, y nosotros tratamos de dirigir la vida a nuestra manera y no a la de Dios. Al hacerlo, vivimos en miseria y hemos hecho un desastre de todo.

Versículo: Romanos 3:10-12 – «Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron».

Imagen:

Célula 3

Resumen: Dios no nos dejará rebelarnos para siempre y nos castigará mediante la muerte y el juicio eterno.

Versículo: Hebreos 9:27 – «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio».

Imagen:

Célula 4

Resumen: Dios amó al mundo y envió a su Hijo Jesucristo al mundo para ser el hombre puro y perfectamente justo que murió en nuestro lugar, tomó nuestro castigo y trajo perdón.

Versículo: 1 Pedro 3:18 – «Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios».

Imagen:

¿Preguntas o comentarios?

  1. Jesús, el gobernante resucitado 

No podemos compartir las buenas nuevas del evangelio y dejar a Jesús muerto, ¿o sí? Su muerte es ciertamente importante—porque a través de ella recibimos perdón. ¡Pero hay mucho más!

Esta semana, estamos viendo la Célula 5 y la resurrección de Jesús. Ahora, ¿qué significa la palabra «resurrección»? [Se refiere a alguien que está muerto y es resucitado de la muerte.]

Para reflexionar, ¿por qué dirías que la resurrección de Jesús importa al compartir el evangelio? [Nos da esperanza de que seremos salvos de nuestros pecados.]

¿Qué falta si compartimos el evangelio pero dejamos por fuera la resurrección? [Evidencia de quién Jesús decía ser; la certeza de que Dios aceptó su sacrificio; un abogado en el cielo.]

Bueno, como veremos en nuestra clase hoy, la Escritura es clara en que la resurrección es central para el Cristianismo.

Pablo dice en 1 Corintios 15:17-19, «y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres».

Estos versículos subrayan cuán crucial es que entendamos y comuniquemos la verdad de la resurrección cuando compartimos el evangelio. La resurrección no es simplemente un complemento agradable para el evangelio—es fundamental para nuestra fe. Sin ella, todavía seguiríamos en nuestros pecados.

En la Célula 5 explicamos que, aunque Cristo murió, Dios lo resucitó al tercer día como gobernante del mundo. La resurrección prueba que Jesús conquistó la muerte, nos da nueva vida, y regresará para juzgar. El versículo que va con la Célula 5 y que queremos memorizar es 1 Pedro 1:3: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos».

Y si aprendes mejor visualmente, podemos demostrar esta verdad con la siguiente imagen:

Entonces el acto misericordioso de Dios para con nosotros a través de Cristo no sólo se encuentra en su muerte sino también en su resurrección. ¿Cómo podemos saber que Jesús es el autor de la vida y la fuente del perdón? Porque fue resucitado de los muertos, y continúa viviendo y gobernando hoy.

Así que, miremos la resurrección de Jesús haciendo siete declaraciones sobre ella que vemos de la Escritura. Al hacerlo, esperamos ver lo que significa para nosotros y cómo debería afectar nuestras vidas. Empecemos.

  1. Jesús predijo su resurrección

Aunque vemos alusiones en el Antiguo Testamento de la resurrección – como por ejemplo, el Salmo 16:10 habla del Santo de Dios no viendo decaimiento, Jesús claramente predijo su muerte y resurrección. Escucha estos testimonios de la Escritura:

  • Marcos 10:33-34— «He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará».
  • Mateo 26:60-61— «y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo». [Templo = Cuerpo de Jesús]

Entonces, ¿por qué importa que Jesús predijera su propia muerte y resurrección? Dos cosas. Primero, entendemos que la muerte de Jesús no era un «Plan B». Este siempre había sido el plan de Dios, y Jesús lo sabía. Y segundo: Permite que la resurrección sea una prueba de la credibilidad de Jesús. Jesús dijo que él era Dios. Bueno, mucha gente ha dicho eso. Jesús dijo que resucitaría de entre los muertos. Bueno, cualquiera podría decir eso. Pero entonces si Jesús realmente cumplió esa segunda promesa, le da una enorme credibilidad a la primera, ¿no es así? Esta es la principal evidencia para la divinidad de Cristo.

  1. Jesús realmente resucitó

 

La resurrección de Jesús no fue simplemente prevista, ¡realmente ocurrió! La resurrección fue un hecho histórico real. De nuevo, escucha estos testimonios de la Escritura:

  • Marcos 16: 1-8– «Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo». [Observa que Dios envió ángeles para anunciar estas buenas noticias como lo hizo con María cuando Jesús iba a nacer y como hizo con los discípulos cuando Jesús ascendió al cielo.]
  • Hechos 1:3 – «a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios».
  • 1 Corintios 15:3-8 – «Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí».

A lo largo de los años, muchas personas han debatido la historicidad de la resurrección física de Jesús de entre los muertos. Desde líderes religiosos judíos de los tiempos de Jesús propagando la mentira de que los apóstoles habían robado su cuerpo (Mateo 28:11-15) hasta personas de hoy diciendo que la resurrección fue algo que inventó el Apóstol Pablo. Aunque esto no es una clase de apologética, permíteme decir algunas cosas acerca de por qué deberíamos creer que la resurrección de Cristo ocurrió. Recuerda, no tenemos una fe ignorante, sino una fe informada.

  1. Dios es verdadero y su Palabra también. Él odia el engaño. Fuera de eso, nada es imposible para Dios. La resurrección no establece la deidad de Jesús, pero como mencionamos antes, es evidencia de ello.[1]
  2. Como leemos en las Escrituras, la resurrección de Jesús fue prevista, y hubo muchos testigos de primera mano testificándola. La resurrección de Jesús no se realizó en un closet sino que fue hecha en público. Después del tercer día, un cuerpo muerto no pudo ser encontrado, pero alrededor de 500 personas testificaron a Jesús vivir después de ser ejecutado. (1 Co. 15:6). ¡Y dieron sus nombres! Ahora, estas personas todavía estaban para confirmar o negar estas historias—y sin embargo, se continuaron difundiendo ampliamente. Esa es una prueba concreta de que algo increíble sucedió.
  3. La Escritura describe la persecución de los apóstoles, desde el encarcelamiento hasta las flagelaciones severas. La tradición sostiene que casi todos los apóstoles fueron asesinados por el mensaje que proclamaban. Sería extraordinario que este grupo de hombres muriera por una mentira. El cambio repentino en ellos de estar asustados a anunciar valientemente a nuestro Señor resucitado es evidencia en sí misma.
  4. Más allá de eso, la explosión en números de la iglesia primitiva es innegable. Algo debe explicar por qué tantas personas comenzaron a seguir a Jesús, con gran riesgo para ellos. Sería difícil identificar una mejor explicación que la resurrección.
  5. Algunas de las tradiciones más conservadoras en una sociedad son sus tradiciones religiosas. Sin embargo, en el primer siglo d.C. ves a miles de judíos—quizá cientos de miles—abandonando una tradición centenaria de adoración el sábado para adorar el domingo. ¿Qué tendría el poder de hacer tal cambio?

La historicidad de la resurrección es importante, porque si Cristo nunca fue resucitado físicamente, entonces nada de lo que hablamos es significativo.

¿Preguntas o comentarios?

  1. Jesús es exaltado como el gobernante resucitado

Entonces, ¿qué le ocurrió a Jesús después de que resucitó de los muertos y ascendió al cielo? Dios lo exaltó como Gobernante sobre todo. Jesús no sólo resucitó y vino a vivir como una persona normal. No, él subió al lugar más alto. Él resucitó para sentarse a la diestra de Dios, y para ser el gobernante y juez de todo el mundo y de todos los que viven en él.

  • Efesios 1:19-22 – «y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia».

¿Recuerdas cómo hablamos en la Célula 2 acerca de la humanidad queriendo gobernar sus propias vidas? Bueno, aquellos que siguen la naturaleza pecaminosa y desprecian la autoridad, naturalmente no aceptarán el hecho de que Jesús es el Gobernante Resucitado.

Ahora, el hecho de que Jesús fue resucitado a la vida después de haber sido crucificado tiene implicaciones para nosotros y para nuestra salvación, como veremos en las dos próximas declaraciones. Pero antes de ir allí, ¿alguno ha recibido una objeción a la resurrección al compartir el evangelio con alguien? ¿Puede decirnos cuál era?

  1. Jesús conquistó el pecado

Romanos 4:25 dice, «el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación». La justificación es la declaración por Dios de que su pueblo no es «culpable» y ahora es considerado justo ante él.

Ahora bien, alguien podría decir, «Espera un segundo, pensé que éramos justificados a través de la muerte de Jesús». Bueno, eso es cierto. Romanos 5:9 da las bases de nuestra justificación «estando ya justificados en su sangre». Pero nuestra justificación no termina allí. Pablo continúa diciendo, «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida» ¡(Romanos 5:10)! Esta es la esperanza que tenemos como cristianos, que seremos resucitados de la muerte a la vida eterna y estaremos con nuestro salvador resucitado.

La resurrección de Jesús asegura nuestra justificación. Asegura que Cristo pagó la pena competa por nuestros pecados. Asegura que no hay más pena que debamos pagar. «Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección» (Romanos 6:5).

Así que, aunque los sacrificios de cabritos y corderos debían ofrecerse una y otra vez en el Antiguo Testamento, Cristo tuvo que ofrecerse una sola vez. Y mientras que los corderos permanecían muertos porque en realidad nunca quitaron el pecado del pueblo, Cristo resucitó de los muertos porque su sacrificio fue aceptado y suficiente. La ira de nuestro Dios justo fue perfectamente satisfecha. Jesús no murió por sus propios pecados; de lo contrario, aún estaría muerto. La resurrección de Jesús reivindica sus propias declaraciones y fue evidencia de su pureza. Al resucitar a Jesús de entre los muertos, Dios estaba diciendo que aprobaba la obra de salvación de Cristo, y que Jesús ya no necesitaba permanecer muerto.

  1. Jesús conquistó la muerte

Si Jesús derrotó el pecado, no debería sorprendernos entonces que él también conquistó el resultado del pecado, es decir, la muerte. 1 Corintios 15:55-57 dice, «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo».

O Romanos 6:8-9, «Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él».

Cristo no puede morir otra vez. Y si estás en Cristo, aunque puedas morir una vez, no morirás de nuevo. Como Jesús, serás resucitado para vivir con él para siempre, y recibirás un nuevo cuerpo como el de Cristo.

  1. Jesús da nueva vida

Hasta ahora, hemos visto que la resurrección de Cristo está conectada con la justificación del hombre y la glorificación de tener nuevos cuerpos. Pero aquí, vemos que la resurrección también está conectada con la regeneración del hombre o el nuevo nacimiento. Este es el foco del versículo que leímos antes para la Célula 5, que es 1 Pedro 1:3: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos».

Incluso cuando el cuerpo de Jesús se levantó de la tumba, nuestros corazones muertos y pecaminosos pueden ser vivificados. Los cristianos no sólo hacen buenas obras a través de sus propios esfuerzos. Los cristianos son personas a quienes se les han dado nuevos corazones, nuevas vidas.

  1. Jesús regresará para juzgar

Aunque la resurrección de Jesús es emocionante para los cristianos, es terrible para los que continúan rechazando a Cristo. Hechos 17:31 dice, «por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos».

En nuestro evangelismo, necesitamos recalcar no sólo la esperanza de abrazar la resurrección de Cristo, sino las consecuencias de no hacerlo. Su resurrección significa que algún día, él será nuestro juez. Si rechazamos a Jesús durante nuestras vidas, él ciertamente nos rechazará en nuestras muertes.

¿Preguntas o comentarios?

[Haz que la clase se una en parejas y practique las células de la 1 a la 5]

 III.       Vivir en la luz de la resurrección

Finalmente, deberíamos mencionar una manera en la que la realidad de la resurrección debería afectar la forma en que nosotros, como cristianos, vivimos.

Colosenses 3:1-4 dice, «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria».

Hemos tenido éxito en esto a lo largo de la clase, pero observa la lógica de Pablo. Aquellos que están en Cristo han sido resucitados con él, de modo que su enfoque no debería estar en esta vida. El mundo está pasando—pronto se acabará. Pero eso no es preocupación para el cristiano. Para los creyentes, el fin de esta vida significa vivir con Jesús en gloria. Esta seguridad le da libertad al cristiano para vivir para Dios y para la eternidad.

¿Qué podría significar «buscad las cosas de arriba» para nosotros esta semana? En nuestra búsqueda, ¿estamos también mostrando las riquezas de la salvación y la esperanza que tenemos en esta vida y en la que está por venir?

Para concluir, Cristo no solo murió por nuestros pecados, sino que también Dios lo resucitó de entre los muertos. Cristo gobierna sobre el mundo y un día juzgará al mundo. Además, la obra de Dios se extiende a nosotros. Él da a quienes creen en él nueva vida—una en la que nuestros pecados son perdonados y una donde él vive en nosotros y nos cambia. En el Día del Juicio, podemos saber que él nos aceptará porque él murió en nuestro lugar y resucitó en victoria sobre el pecado. Tenemos esperanza porque Dios resucitó a Jesús de los muertos, y así sabemos que él también resucitará a todos los que están en él.

La próxima semana, si Dios quiere, terminaremos la clase mientras vemos cuál debe ser la respuesta al mensaje del evangelio.

¿Preguntas o comentarios?

ORACIÓN

 

APÉNDICE

Filipenses 3:10-11

«a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos».

¿También serán resucitados los malvados?

Sí, los malvados también serán resucitados pero para un propósito diferente al de los que están en Cristo. Hechos 24:15 dice, «teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos». Todos los muertos serán resucitados, pero los malvados serán resucitados para ser juzgados y no serán recibidos en la presencia bendecida de Dios. En la justicia de Dios, los malvados reciben lo que merecen. Juan 5:28-29 dice, «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación».

¿Qué hizo posible la resurrección de Jesús?

(Raised with Christ [Resucitado con Cristo] – Adrian Warnock)

  • El envío del Espíritu Santo (Hechos 2:33)
  • Sanidades físicas (Hechos 3:15-16)
  • La conversión de los pecadores (Hechos 3:26)
  • La salvación por la unión con Jesús (Hechos 4:11-12)
  • El rol de Jesús como el líder de su iglesia (Hechos 5:30-31; 9)
  • El perdón de los pecados (Hechos 5:30-31)
  • Consuelo para los moribundos (Hechos 7)
  • La comisión de mensajeros del evangelio (Hechos 9; 10:42)
  • La libertad de la pena y el poder del pecado (Hechos 13:37-39)
  • La certeza de que el evangelio es verdadero (Hechos 17:31)
  • Nuestra propia resurrección (Hechos 17:31)
  • El futuro juicio de Jesús sobre este mundo (Hechos 17:31)

[1] John Stott, Cristianismo Básico, pág. 46.