Pastoreo

Discipulando Hombres

Por Andy Davis

Andy Davis es el pastor de la Primera Iglesia Bautista en Durham, Carolina del Norte.
Artículo
25.06.2019

La idea de entrenar discípulos más jóvenes fue depositada en mí desde el inicio de mi vida cristiana. Pero durante las últimas dos décadas, he visto de una manera más específica la necesidad de enfocarme en entrenar hombres. Cada seguidor de Cristo debería ser enseñado a obedecer todo lo que Cristo ha ordenado. Aún cuando Dios pone una carga especial de liderazgo en hombres, y no existe una mejor manera en que los hombres sean preparados para compartir esa carga que en el contexto de una relación de mentoría comprometida con un hombre piadoso en una iglesia local.

NUESTRO CONTEXTO: UNA CONFUSIÓN DE GÉNERO GENERALIZADA

Hay un ataque satánico sistemático hacia el concepto del género, y junto a este hacia los roles basados en el género del hogar y de toda la sociedad. Los líderes de las iglesias necesitan estar conscientes de la naturaleza y seriedad de este ataque y levantarse para enfrentar el desafío con la buena ministración bíblica tanto para los hombres como para las mujeres.

Debido a esto, los niños no entran al mundo sabiendo cómo ser hombres piadosos; tienen que ser entrenado para ello. Claro, la función principal de esa formación debería ser el padre del niño. Él está llamado a discipular a su hijo cada día en la Palabra del Señor y en el modelo de una vida piadosa.

Pero a pesar de que los padres piadosos son los mejores discipuladores de los jóvenes hacia la masculinidad que refleje a Cristo, los padres espirituales pueden también jugar un papel importante. Aquí es donde el mentor, un pastor, o un discipulador puede integrarse y tomar al joven a partir del momento en que el padre lo deja. En días en que existe una gran ausencia de padres biológicos, la próxima generación de líderes espirituales está anhelando hombres piadosos que se integren y sirvan como padres espirituales adoptivos.   

ALGUNOS PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE DISCIPULAR JÓVENES

  1.      Conforme a los «dos modelos».

El Nuevo Testamento revela dos «modelos» de discipulado en los cuales deben ser conformados cada discipulado: el modelo de sana doctrina (2 Timoteo 1:13) y el modelo de vida piadosa (Filipenses 3:16). Debe haber una parte doctrinal/bíblica/estudiosa así como una parte de modelado de roles de «vida en la vida».

Según el primer modelo, debemos saturar el corazón de los hombres con las Escrituras y la teología sana. Utiliza los clásicos sobre la historia de la iglesia como: los institutos de Calvino, los escritos de los puritanos, los sermones de Martyn Lloyd-Jones, y así sucesivamente.

El segundo «modelo» (ejemplo de una vida piadosa) merece un comentario extra en lo que se refiere a la masculinidad. Los jóvenes pueden muy bien nunca haber visto un esposo piadoso amar a su esposa como Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25), o un padre piadoso educar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4). Sería excelente tener un discípulo que observe de manera regular la vida de su mentor, porque algunas cosas no pueden ser aprendidas a menos que sea por el ejemplo. Por eso es que Pablo dice: «sigue mi ejemplo como sigo el ejemplo de Cristo» (1 Corintios 11:1). En lo que se refiere a liderazgo de iglesia, las oportunidades para esto abundan:

  •     Permíteles observarte cumplir con una familia en duelo mientras preparas un funeral.
  •     Llévalo contigo a conferencias en las que vayas a ser el orador.
  •     Permíteles que te acompañen cuando estás escribiendo un sermón.
  •     Pasa tiempo con ellos de rodillas orando por el directorio de la iglesia.
  •     Llévalos contigo al hospital.
  •      Guíalos hacia actividades de alcance en la comunidad.

Para formar los corazones y vidas de futuros líderes, deben ser utilizados estos dos modelos.

  1. Imparte una visión de liderazgo piadoso.

Haz que esta visión de liderazgo sea transparente: Dios está levantando hombres que dirijan el hogar y la iglesia. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios establece hombres para dirigir a su pueblo en cada generación, y eso debería ser un objetivo claro de tu relación de discipulado.

En el contexto de relación de discipulado, tu objetivo es ayudar a un hermano más joven a entender que la iglesia necesita líderes sabios que enseñarán sana doctrina y pastorearán el rebaño de Cristo en humildad y fortaleza (Hechos 20:17-38; 1 Pedro 5:1-4). Dios puede estar levantándolo, preparándolo para ser parte de un grupo piadoso de ancianos que dirigirán la iglesia. Y este liderazgo debe ser conforme a los lineamientos bíblicos si queremos lograr que la Gran Comisión de Cristo sea confiada a nosotros. Finalmente, un joven debería entender que tú esperas que él haga el mismo tipo de discipulado de jóvenes cuando él esté «totalmente entrenado» (Lucas 6:40).

  1. Advierte sobre los dos fracasos de líderes masculinos: tiranía y renuncia.

Algunos esposos y líderes de iglesia abrazan su papel como líderes con una ambición que no es piadosa. Ellos toman decisiones tiranas que arruinan la vida de sus familias e iglesias. Dichos hombres son abusivos, y las personas que lideran no prosperan bajo su liderazgo.

Para combatir este fallo, debemos enseñar a los jóvenes los principios de liderazgo de servicio que Jesús expuso en Mateo 20:25-28. Los líderes sirven a las personas que dirigen, y deben reflejar eso.

Por otro lado, el error más común de los hombres es la renuncia. Adán fue puesto en el Jardín del Edén «para servirle y protegerlo» (traducción literal de Génesis 2:15). «Proteger» implica una invasión del mal, y eso se manifestó en el ataque traicionero de Satanás a la mente de la esposa de Adán en el capítulo siguiente. Eva fue quien habló. Adán, «que estaba con ella» (Génesis 3:6), permaneció allí y no hizo nada. Cada vez más padres y esposos, y posiblemente líderes de iglesia, renuncian a sus responsabilidades que lo que usan su posición como tiranos.

Por lo tanto, debemos enseñar a los jóvenes a abrazar el papel del liderazgo con valentía y humildad. Una vez más, tu propio modelo a seguir de esta alegre disposición a liderar en el modelo de Cristo es vital. Los jóvenes necesitan verte dirigiendo en el hogar y en la iglesia, no como un tirano ni un cobarde. Tu propia hospitalidad juega un papel crítico en esto: haz que frecuentemente observen tus modelos de liderazgo amable con tus hijos, y la manera amorosa en que motivas a tu esposa.

  1. Engendra una ambición piadosa basada en 1 Timoteo 3:1.

Pablo dice, «su alguno anhela obispado, buena obra desea». Esta es una ambición piadosa para el futuro, y cada joven de la iglesia debería tenerla. Aún si Dios no bendice al hombre con el don de enseñanza necesario para el oficio, el resto de los atributos mencionados en 1 Timoteo 3:2-4 es común para todos los hombres cristianos: sin reproche marido de una sola mujer, sobrio, con dominio propio, respetable, hospitalario, no un borracho, no violento sino amable, no pendenciero, no amador del dinero, que dirija bien su familia (hijos).

Estas virtudes proveen un mapa para discipular jóvenes. Y aún si no se muestran a sí mismos como maestros dotados, pueden recibir el mismo entrenamiento que los demás futuros ancianos, porque esta instrucción doctrinal le servirá en el futuro como esposos y padres. Así que, un mentor maduro debería implantar sabiamente un carbón encendido de ambición piadosa para ser un futuro anciano en el corazón del joven, y luego encender la llama para que sea el objetivo principal de su discipulado.

  1. Dales oportunidades para servir, luego evalúa su servicio.

El discipulador debería buscar constantemente tareas específicas de ministerio que puedan ser confiadas a su discípulo, apropiadas para su nivel de desarrollo. Eso pudiera involucrar oportunidades para enseñar, evangelizar, dirigir reuniones de oración, hacer tareas de mantenimiento, planificar eventos, o manejar la cabina de control de sonido.

Tal vez puedes confiarle a un hombre el estudio bíblico de los miércoles, y luego tomar notas sobre la manera en que lo hizo. En general, quieres darle una retroalimentación amable y amorosa. O permitir que un hombre organice un evento de alcance para el verano. Él puede investigar lo que otras iglesias han hecho con los perdidos, y permítele tener una idea, organizarla y llevarla a cabo. Luego evalúa el evento, enfatizando los aspectos positivos, pero ofreciendo una guianza clara sobre formas de crecimiento. Cuando evalúes el desarrollo, es vital que el mentor tenga como regla ser muy motivador. El discípulo anhela la aprobación de su «padre espiritual». Por eso las palabras consistentes de amor y admiración (como Pablo hace con Timoteo) son esenciales para la relación. Habiendo dicho esto, la crítica buena, específica y constructiva también es requerida.

  1. Desafíalos a memorizar las Escrituras.

Ninguna disciplina ha sido más útil en el proceso de mi madurez espiritual como la memorización de porciones extendidas de las Escrituras. Este compromiso es bastante factible, y devolverá grandes intereses por la inversión realizada. La memorización de las Escrituras ayudará al joven en su propio caminar personal con Cristo, en su evangelismo, en su (presente o futuro) matrimonio y crianza, y en su ministerio de la Palabra. Esto ha sido un pilar central en mi discipulado de jóvenes por décadas.

  1. Identifica un «grupo» de futuros líderes en tu iglesia local.

Mantente observando a hombres que puedan tener las características requeridas para ser un futuro discípulo: fiel, disponible, enseñable. Una iglesia local sana tendrá un modelo funcionando de discipulado de jóvenes como futuros esposos, padres y líderes de iglesia.

  1. Ora diariamente por su crecimiento.

Sigue los modelos del apóstol Pablo en la oración por el desarrollo espiritual de tus discípulos. Ora Efesios 1:15-19 y 3:14-21 para ellos. Ora Filipenses 1:9-11 y Colosenses 1:9-14 también. Permite que tus discípulos te escuchen orando estas cosas por ellos, y motívalos a orarlas para ti también.

UN MINISTERIO GRATIFICANTE

Discipular jóvenes entusiasmados para el liderazgo futuro en el hogar y en la iglesia, es uno de los aspectos más gratificantes del ministerio que he encontrado. ¡Qué Dios bendiga ricamente tus esfuerzos mientras entrenas a la próxima generación de líderes de la gloriosa iglesia de Jesucristo!