Membresía

Congregarse no se detiene a las 8:00 p.m.

Por Caleb Greggsen

Caleb Greggsen está involucrado en el ministerio de la iglesia local en el Medio Oriente.

Por Sam Emadi

Sam Emadi es miembro de la Iglesia Bautista Third Avenue en Louisville, KY y se desempeña como Editor Principal en 9Marks.
Artículo
30.07.2018

Los congregacionalistas afirman que las congregaciones locales son responsables de su membresía, disciplina y doctrina. ¿Pero qué significa eso? ¿Son las congregaciones responsables de una parte de la vida de la iglesia, mientras los ancianos manejan lo demás? Siempre que emitamos votos bíblicamente informados en una reunión de miembros, ¿estamos cumpliendo nuestro deber congregacional? ¿O es que «la membresía, la disciplina y la doctrina» requieren algo más que simplemente decir «sí» y «no»?

Las reuniones de miembros es un lugar donde vemos fácilmente el congregacionalismo en funcionamiento. Toda la iglesia ejerce su responsabilidad para recibir y expulsar personas de la membresía. Pero en toda la vida de la iglesia, esas reuniones menos frecuentes pueden parecer muy insignificantes. Después de todo, ¿qué está haciendo la congregación cuando se reúne a orar y adorar? Además de eso, ¿qué sucede con los demás 300 o más días del año? ¿Cómo es que entonces funciona el congregacionalismo? ¿No es verdad que las iglesias congregacionalistas son gobernadas básicamente por ancianos, excepto las 12 veces al año cuando votamos para recibir nuevos miembros y disciplinar otros?

No es nuestro propósito explorar la relación entre la autoridad de los ancianos y la autoridad final de la congregación. Bobby Jamieson hizo eso en otra parte. Los ancianos son un don bueno y preciado para la iglesia, y debemos someternos de maneras apropiadas a su autoridad. Sin embargo, el objetivo de este artículo es afirmar que cuando decimos que la congregación tiene la responsabilidad principal terrenal sobre la membresía, la disciplina y la doctrina de la iglesia, no solo decimos que la congregación tiene autoridad en una parte de la vida de la iglesia mientras los ancianos se ocupan del resto. En cambio, la responsabilidad de la congregación por la membresía, la disciplina y la doctrina de la iglesia es la responsabilidad por toda la vida de la iglesia.

El congregacionalismo no es algo extra político que se activa durante una reunión de miembros y desactiva una vez que la congregación suspende la reunión. La supervisión de la congregación de la membresía, disciplina y doctrina de la iglesia debe ocurrir todo el tiempo. Debe formar e informar la manera como los ancianos dirigen la iglesia todo el tiempo. Debe llevar a las congregaciones a cuidar y nutrirse unos a otros. Uno de los grandes beneficios de la política congregacional es que obliga a las congregaciones a recordar que tomar la responsabilidad de otros creyentes no es simplemente algo bueno como comer vegetales, sino qué es lo que la convierte en una iglesia. El congregacionalismo significa que toda la congregación supervisa toda la vida de la iglesia, todo el tiempo.

MEMBRESÍA Y DISCIPLINA

Parte del problema es que caemos en la trampa de pensar que regular la membresía, la disciplina y la doctrina se refiere a eventos de la vida de la iglesia en lugar de todo el orden y la vida de la iglesia. En otras palabras, si la autoridad final sobre «la membresía, la disciplina y la doctrina» simplemente significa que el «voto» (perdona nuestro contexto eclesial occidental) emitido por una congregación para recibir o expulsar a alguien, o afirmar una declaración de fe, entonces es fácil ver porque puede que sientas que la política congregacional solo contribuye con un par de dificultades ocasionales para el cuerpo de la iglesia.

Sin embargo, si una congregación recibe a alguien en la membresía entonces esa congregación tiene la responsabilidad de supervisar, motivar y disciplinar ese miembro mucho después que la reunión de miembros termina. La congregación es dueña de la fidelidad diaria de esa persona como parte de su mayordomía. La autoridad para atar y desatar no es expresada sólo en los eventos de una sola vez de recibir o descartar persona de la iglesia.  

En otras palabras, votar para recibir un miembro es más como casarse que emitir un voto para el próximo oficial electo. El matrimonio incluye el evento de la boda, pero este evento da lugar a los compromisos y responsabilidades diarias que ahora tienen las dos partes de uno hacia el otro. Cuando una congregación recibe a alguien en la membresía, esa congregación asume el deber diario de reunirse con, orar por y disciplinar ese miembro durante la semana y en la reunión corporativa. Cuando una congregación excluye a alguien de la membresía, esa congregación tiene el deber diario de tratar esa persona como un recaudador de impuestos y llamarlo a arrepentimiento. Por tanto, la autoridad congregacional sobre la membresía y la disciplina no son simplemente eventos de una sola vez sino responsabilidades diarias.  

DOCTRINA

¿Pero qué sucede con la doctrina? ¿Es una autoridad de la congregación sobre la doctrina de la iglesia simplemente expresada en un voto único afirmando la declaración de fe de la iglesia o en la disciplina de los falsos maestros? Ciertamente, eso es parte de la ecuación. Pero la función de la congregación en supervisar la doctrina de la iglesia no puede ser reducida solo a un evento.

Por ejemplo, la congregación es responsable de afirmar, esperar y apoyar la enseñanza fiel —otorgando doble honor a aquellos que lo hacen bien (1 Timoteo 5:17). Además, las congregaciones deben continuar aplicando, viviendo y ayudando a otros a vivir los compromisos teológicos de la iglesia. Aunque normalmente vemos los pastores predicadores como los únicos que «hacen teología» en la reunión corporativa, el hecho es que las congregaciones tienen la responsabilidad de afirmar la doctrina fiel en la predicación semanal y luego decirse unos a otros, «¡Vivamos esto y ayudémonos unos a otros a aplicar estas verdades y caminar en ellas!» Como 2 Timoteo 4:3-4 afirma negativamente, escuchar el sermón es una actividad teológica para aprobar o desaprobar el contenido de la enseñanza.

TODO EL RESTO

Eso todavía deja la pregunta, ¿qué sucede con el resto de la vida de la iglesia? ¿Qué tienen que ver cosas como presupuestos, clases de escuela dominical, estrategias de grupos pequeños, misiones, y otros ministerios de la iglesia con la membresía, la disciplina y la doctrina? ¿Son estas responsabilidades externas de la congregación?

No exactamente. Todas las «cosas» buenas y necesarias que son parte integrante de la vida de iglesia son en el fondo expresiones de los compromisos doctrinales de la iglesia. Aunque la relación será más o menos directa, todas esas cosas requieren la aplicación práctica de la doctrina de la iglesia (¡o su negación funcional!).

Las escuelas dominicales son una extensión del ministerio de enseñanza de la iglesia, por tanto las declaraciones acerca de la enseñanza doctrina descritas anteriormente siguen aplicándose. Los presupuestos reflejan los compromisos teológicos de la iglesia. Las políticas de grupos pequeños expresan las prioridades y objetivos teológicos, aunque de diferentes maneras y en diferentes iglesias. Las estrategias misioneras revelan una multitud de convicciones teológicas.

Aquí no estamos haciendo un llamado al caos democrático. Los ancianos deben ejercer liderazgo y autoridad. Pero aunque los ancianos pueden designar los maestros de escuela dominical y decidir el currículo, la congregación sigue siendo responsable de evaluar, afirmar y motivarse unos a otros en esa enseñanza y ejercer potencialmente sus poderes de «freno de emergencia» como respuesta a los falsos maestros. No cualquier miembro debe participar activamente en la creación del presupuesto. Pero la congregación debe asumir la responsabilidad de revisar, afirmar y proveer sacrificialmente para el presupuesto de la iglesia o utilizar su veto y pedir revisiones que ajusten el presupuesto a los compromisos doctrinales de la iglesia. La congregación es como el motor de un vehículo. Los ancianos pueden proveer el combustible y dirigir, pero a menos que el motor funcione el vehículo no se moverá.

En otras palabras, el congregacionalismo no significa que todo miembro de la congregación tiene sus manos en todo lo que hace la iglesia , sino que la congregación como un todo debe asumir la responsabilidad de lo que hace la iglesia (la vida de los miembros), enseña (doctrina), y ministra (doctrina a través de los miembros). La membresía, disciplina, doctrina, toda la vida de la iglesia.

DE LA POLÍTICA A LA PRÁCTICA

Por tanto, ¿cómo mueves una congregación hacia tomar la responsabilidad de toda la vida de la iglesia? Algo como un tiempo de preguntas y respuestas con los miembros o una clase los lunes sobre política de iglesia puede ser útil, pero el hecho de simplemente crear más eventos para el calendario de la iglesia no funciona. Más eventos no ayudará a la congregación a vivir sus responsabilidades en el día a día.

Más importante que cualquier voto, el congregacionalismo se trata del miembro que de su propia iniciativa comienza a leer la Biblia con un nuevo convertido. Se trata del miembro que por su propia angustia por el efecto del pecado sobre la iglesia exhorta a un miembro a arrepentirse. Se trata del miembro que utiliza el cuerpo para orar por sus compañeros de trabajo que no son creyentes. Cualquier líder de iglesia en cualquier tipo de política valora este tipo de cosas. Pero solo el congregacionalismo reconoce que este tipo de actividades son la esencia de lo que hace que un grupo de cristianos sea una iglesia.

Ese tipo de vida, que refleja el congregacionalismo requiere de trabajo. No existe ningún método abreviado para entrenar una congregación sobre como asumir y vivir su responsabilidad otorgada por Dios sobre toda la vida de la iglesia. Para eso es que están los ancianos —para equipar a los santos para la obra del ministerio, para edificar al cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). Ese tipo de entrenamiento y equipamiento es largo, lento y algunas veces frustrante en el camino. Y aun cuando lo estableces, hay que trabajar para mantener ese tipo de vitalidad.

Cuando reduces el congregacionalismo a reuniones de miembros, te privas a ti mismo de muchas de las bendiciones que Dios busca otorgar a su iglesia a través de una buena política. 


Traducido por Samantha Paz.