Consejería

Cinco ventajas de la Consejería basada en la Iglesia

Por Deepak Reju

Deepak Reju sirve como pastor asociado en Capitol Hill Baptist Church en Washington, DC. Él es también presidente de la junta directiva de la Coalición de Consejería Bíblica. Es coautor (con Jeremy Pierre) de El Pastor y la Consejería: Los fundamentos para pastorear miembros en necesidad.
Artículo
27.01.2017

“Dios me conoce bien,” me dijo un amigo una vez. “Sabía que, aparte de la responsabilidad y el amor que viene de una comunidad cristiana, no podría sobrevivir en este mundo.”

Dios nunca tuvo la intención de que los cristianos vivan solos. A través de la iglesia en la tierra, por lo tanto, creó un lugar donde los cristianos puedan reunirse para la adoración corporativa, la responsabilidad, el compañerismo, la instrucción y la exhortación piadosa. Me atrevería a decir que la máxima expresión de nuestra fe no puede ocurrir aparte de amar la comunión con otros creyentes en una iglesia local.

Sin embargo, porque los cristianos a menudo tienen miedo de revelar sus problemas a la gente que conocen, comúnmente se buscan asesores que trabajan en consultorios privados fuera de su iglesia. Ahora, muchos de estos consejeros están haciendo un buen trabajo, y yo creo que hay un rol para la orientación práctica privada. Sin embargo, quiero argumentar que hay claras ventajas de hacer el asesoramiento especializado en el contexto de la propia iglesia local, y me atrevo a proponer lo que debería ser la norma.

Aquí hay cinco ideas sobre orientación en el contexto de la iglesia local.

1. INFORMAR A LOS QUE TIENEN AUTORIDAD

En primer lugar, el asesoramiento basado en la iglesia significa someterse a los líderes que ya tienen vigilancia sobre tu alma.

Si tuvieras que elegir entre ver a alguien que no sabe nada acerca de tí y no tiene obligación de brindarte consejería o ver a alguien que debe dar cuenta a Dios por lo bien que ha velado por tu alma, ¿a quién elegirías?

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. (Heb. 13:17)

Los consejeros dan consejo, el pastor pastorea. Los consejeros te ayudan y te encarrilan en tu camino. Pero los pastores están obligados a ayudate a tí y a permanecer comprometidos contigo en el largo plazo. Los consejeros están normalmente abiertos para que tú vuelvas a su oficina si el problema reaparece. Pero los pastores están constantemente en tu vida, por lo que si el problema retorna, ellos ya estarán caminando a tu lado. El consejero te ayudará, cuidará y amará. Pero el pastor va a ayudarte, a cuidarte, a amarte; y además, ejercerá autoridad sobre tí a través del ministerio de la Palabra.

Tanto el pastor como el consejero hacen un trabajo importante en el reino. Pero la naturaleza de la relación pastoral incluye un compromiso permanente con los miembros de su iglesia local. Por lo tanto, dentro de un contexto de la iglesia, la tarea del pastor es mucho mayor que la del consejero.

Si tú estás luchando con un problema, no sería raro que quieras ver a alguien que es experto en asesoramiento. El mercado de los consejeros cristianos ha crecido constantemente durante los últimos veinte años. Y hay muchos más consejeros competentes, bíblicos disponibles hoy en día en comparación con hace veinte años. Pero ¿qué pasa si tú puedes ir a alguien que sea a la vez un consejero capacitado y también tu pastor? ¿Y si pudieras combinar ambas profesiones en una sola? Piensa en alguien que fue entrenado en el asesoramiento, que no cobra ninguna tarifa por la consejería (y te ha permitido evitar las molestias de los seguros), que se ha comprometido a pastorearte a tí y a tu familia durante veinte o treinta años, y que está disponible para ti en tu propia iglesia. ¿No le darías al menos una oportunidad?

2. EDIFICACIÓN DE UNOS A OTROS EN LA FE

En segundo lugar, el asesoramiento basado en la iglesia reafirma nuestro compromiso de edificarnos unos a otros en la fe.

Una de las prioridades establecidas en la Escritura es la importancia de la edificación de los cristianos entre sí en la fe.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4: 11-13)

Dios ha dado a la iglesia pastores y maestros, y parte de la labor de pastorear incluye la consejería, así como también enseñar a los miembros de una iglesia para que sean capaces de aconsejarse los  unos a los otros (ver también 1 Tes. 5:14). El trabajo de un consejero bíblico es una parte del proyecto global en la edificación de la iglesia hacia la madurez y alcanzar toda la medida de la plenitud de Cristo.

En la consejería, siempre existe la tentación de resolver los problemas y “arreglar” las vidas de las personas. Sin embargo, el objetivo final de la consejería bíblica es el crecimiento espiritual. Los consejeros pastorales usan sus dones para aconsejar porque quieren ayudar a la gente a crecer en una mayor madurez en Cristo.

3. AMPLIACIÓN DE NUESTRO PACTO

En tercer lugar, la consejería basada en la iglesia es una extensión natural de nuestro pacto recíproco como miembros de la misma iglesia.

Los pactos son herramientas importantes en la vida de la iglesia. Representan un compromiso que los miembros de la misma iglesia tienen el uno con el otro. Cuando un miembro de la iglesia se encuentra con un consejero en su iglesia, se está reuniendo con alguien que ya ha hecho un compromiso como miembro de vivir de una manera centrada en Cristo. La consejería bíblica debe ser una extensión natural del compromiso de pacto que hemos hecho como miembros de la misma iglesia.

No todas las iglesias tienen un pacto formal. Pero aún si no lo hacen, todas las iglesias tienen un sentido de cómo van a vivir juntos, que es lo que articula un pacto. En mi iglesia, hay varias líneas en el pacto de la iglesia que articulan lo que queremos lograr en la sala de la consejería y en el futuro:

  • “Vamos a trabajar y orar por la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.”
  • “Vamos a caminar juntos en amor fraternal, como corresponde a los miembros de una iglesia cristiana; vamos a tener cuidado cariñoso y vigilancia sobre la otra persona y a amonestarnos y suplicarnos fielmente los unos a los otros cuando la ocasión lo amerite. “
  • “Vamos a alegrarnos por la felicidad de los demás, y a tratar, con ternura y simpatía, de soportar las cargas y las tristezas de los demás.”
  • “Nosotros buscaremos, con la ayuda divina, vivir con cuidado en el mundo, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, y recordando que, como hemos sido sepultados de forma voluntaria y resucitado de la tumba simbólica por el bautismo, tenemos ahora la especial obligación de llevar una vida nueva y santa”.

Por un lado, todos los miembros de nuestra iglesia se comprometen a perseguir esas promesas hacia los demás miembros. Por otro lado, nuestra iglesia ha puesto generosamente a un individuo a tiempo completo (yo) para ayudar con el trabajo de cumplir estas promesas en áreas de especial necesidad. Por supuesto, yo y los otros ancianos tenemos que trabajar duro para recordarle a la congregación que todo esto sigue siendo su trabajo también. Como ya he mencionado, yo como pastor de la consejería también estoy llamado a equipar a la congregación para hacer este trabajo.

4. OTROS BENEFICIOS DE LA PERTENENCIA A LA MISMA IGLESIA

En cuarto lugar, hay otros beneficios para el consejero pastoral y el aconsejado al pertenecer a la misma iglesia.

Muchos de los paradigmas de asesoramiento seculares abogan por ningún contacto con el asesoramiento a clientes fuera de la oficina de consejería. Pero estar en la misma iglesia ayuda porque

  • permite al consejero vivir como un ejemplo como el de Cristo, tanto dentro como fuera del ámbito de asesoramiento. La integridad de las palabras del consejero se puede emparejar con la forma en que vive y participa en la iglesia. Muestra al aconsejado que el consejero no sólo “habla con el ejemplo”, sino también “predica con el ejemplo.”
  • Proporciona al consejero un mayor conocimiento de la dimensión más importante de su vida y de la vida espiritual del aconsejado.
  • Permite a los dos servir juntos en una variedad de ministerios.
  • Les permite servir unos a otros y orar unos por otros.
  • Les permite crecer juntos por las mismas experiencias corporativas. Como cantar, la adoración, escuchar la Palabra predicada, orar, estudiar las Escrituras, llevar cargas, la atención a la comunidad, y exaltar a Dios juntos, comparten las experiencias que ellos acumulan juntos en su fe.

Recientemente, uno de nuestros pastores enseñó el libro de Filemón, y en sus reflexivos sermones incitó a los miembros a compartir conmigo sus luchas con el perdón. ¡fue una valiosísima oportunidad! Tanto el consejero como el aconsejado hablaron sobre el sermón del pastor y las formas en las que la Palabra de Dios nos había moldeado. Y pudimos hacer esto debido a nuestra experiencia compartida los domingos por la mañana.

5. RENDICIÓN DE CUENTAS Y MAYOR CUIDADO DE REDES

En quinto lugar, la consejería basada en la iglesia ofrece el potencial para una mayor rendición de cuentas de los problemas comunes, así como la oportunidad de saber quién más en la iglesia puede compartir la carga asistencial que damos.

Un pastor tiene la oportunidad única de escuchar a la gente compartir sus luchas. A menudo, nadie va a escuchar y a saber las cosas que un pastor conoce. ¿Cómo puede un pastor de la consejería utilizar bien este conocimiento privilegiado? Cuando hay un miembro de la iglesia que lucha con un problema, un pastor de consejería puede servirle a la persona (él o ella) conectándolo con otra persona con la que ya ha trabajado a través del mismo problema. Un consejero de práctica privada fuera de la iglesia no tiene a nadie más, no puede traer otros recursos humanos a la vida del consultante para que puedan ayudarle. Todo se reduce a la sabiduría de ese consejero.

Pero ¿no hay sabiduría en la multitud de consejeros (Prov 14:11; 24: 6.)? ¿Por qué no responsabilizar a los amigos cercanos de una persona a desempeñar un papel más importante en el asesoramiento y la prestación de cuidados? ¿Por qué no reunir a aquellas personas que comparten los mismos problemas para animarse unos a otros a través de sus luchas? Deje que el ex alcohólico ayude al alcohólico que lucha; o deja que el sobreviviente de abuso consuele a la mujer que fue abusada recientemente. Para que lo hagan como cristianos en una iglesia. Para que lo hagan como hermanos y hermanas que tienen la obligación de pacto entre sí. Para que lo hagan como los que recibieron el consuelo de Dios, y ahora desean mostrar ese consuelo a los demás. Para que lo hagan como aquellos que han crecido y madurado en Cristo, y que ahora desean ayudar a aquellos que están luchando.

¡Qué hermosa imagen del cuerpo de Cristo!, no sólo el fuerte ayuda a los débiles, sino  que los débiles pueden ayudarse unos a otros.

¿ES PARA TI LA CONSEJERÍA BASADA EN LA IGLESIA?

América está llena de oportunidades. Probablemente hay una variedad de consejeros disponibles en tu comunidad. Pero, como he sugerido en este artículo, hay buenas razones por las que tú debes considerar la consejería en tu propia iglesia. Dios nos ha hecho para vivir y crecer en el contexto de una iglesia. Es bueno para nosotros recibir la fuerza y el aliento de esa comunidad. Y es conveniente para nosotros que busquemos consejo piadoso de los miembros sabios de esa comunidad.


Este artículo es parte de la Revista 9Marcas “La Consejería”
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