Evangelización

4 prácticas de una iglesia comprometida con la Gran Comisión

Por Mark Dever

Mark Dever es el pastor principal de Capitol Hill Baptist Church en Washington, D. C., y el presidente de 9Marks. Puedes encontrarlo en Twitter como @MarkDever.
Artículo
23.05.2018

La Gran Comisión no llama a las iglesias a actuar como el departamento de vehículos de motor. Ni tampoco la llama a actuar como cabinas de información. Ahora, tengo una más para ti: la Gran Comisión no llama a las iglesias a actuar como equipos profesionales de deportes. Al personal de mi iglesia le gusta reírse de mí porque no conozco mucho de deportes, lo cual puede parecer algo justo, pero sé que la meta de cada equipo deportivo es ganar el campeonato. Un equipo tratará de contratar a los mejores jugadores, construir las mejores facilidades de entrenamiento, y optimizar su personal de entrenamiento para ganar el más alto trofeo de su liga.

Es seguro que un equipo está contento de que haya otros equipos, porque sin ellos no habría liga. Pero su objetivo principal es derrotar a esos otros equipos. Ahora, dudo que muchas, si es que hay algunas, iglesias piensen de sí mismas de manera explícita «¡tenemos que derrotar a esas otras iglesias!» Sin embargo, permíteme hacerte un par de preguntas diagnósticas para probar la mentalidad de nuestro-equipo-es-mejor:

– ¿Tú felizmente entregas tus mejores jugadores a otras iglesias?

– ¿Te regocijas si, luego de orar por un avivamiento, este viene a la iglesia que está cercana a ti? (¡Gracias a Andy Johnson por esta gran pregunta!)

– ¿Oras regularmente por la iglesia que te queda cerca al igual que por las otras Iglesias en tu ciudad?

– ¿Das alguna porción de tu presupuesto para la revitalización de una vieja iglesia o para levantar nuevas iglesias en tu ciudad, alrededor de la nación o más allá?

UNA IGLESIA DE LA GRAN COMISIÓN = UNA IGLESIA PLANTADORA DE IGLESIAS

Aquí está el punto con mayor amplitud: una iglesia de la Gran Comisión es una iglesia evangelizadora y discipuladora, pero también es una iglesia plantadora y revitalizadora de iglesias. Es una iglesia que quiere ver el reino de Dios crecer a través de su ministerio, pero también quiere ver el reino expandirse más allá de sus propias paredes a través de otras iglesias.

Por tanto, una iglesia de la Gran Comisión está interesada en facilitar las actividades evangelísticas saliendo para atraer a los de afuera hacia sí misma. Y también está interesada en ver sus esfuerzos culminar en una plantación o apoyo a otras iglesias locales. No está satisfecha con su propia salud, y quiere ver a otras congregaciones sanas, creyendo en la Biblia y predicando el evangelio. Dicha iglesia motiva a otras plantaciones e iglesias evangélicas, aún si se encuentra sólo a unas cuantas calles de ella. Y ora por ellas por su nombre. Está dispuesta a enviar a buenos creyentes a ayudar a esas otras iglesias. También trabaja en la plantación y construcción de otras iglesias en el otro lado del mundo.

Una iglesia de la Gran Comisión trabaja y ora para levantar hombres calificados para ser ancianos, y luego los envía desinteresadamente hacia afuera. Trabaja en la alineación de su presupuesto con estas prioridades de la Gran Comisión. Algún dinero es guardado para el ministerio de su propia localización, pero otro dinero es asignado para ayudar a la obra de otros, tanto cerca como lejos. Trabaja en la recuperación de congregaciones que están muriendo siempre que puede. Trabaja en toda clase de maneras públicas y privadas para cultivar esta mentalidad de equipo con otras iglesias centradas en el evangelio entre sus propios miembros.

Los miembros y líderes celebran que una nueva iglesia predique el evangelio igual que como lo hacen cuando un nuevo restaurante abre sus puertas en un lugar donde hay hambre. Por tanto, ¿qué hace una iglesia de la Gran Comisión? Quiero ofrecer cuatro pasos estratégicos.

CULTIVA UNA CULTURA DE DISCIPULADO

Primero, una iglesia de la Gran Comisión cultivará una cultura de discipulado entre sus propios miembros. Esto ayuda a cada miembro a apropiarse de la responsabilidad de ayudar a otros creyentes a crecer en la fe. Los pastores equipan a los santos para la obra del ministerio, dice Pablo en Efesios 4:11-12, lo cual significa que la obra del ministerio pertenece a todos los santos. Todo el cuerpo, hablando la verdad en amor, crece mientras se edifica a sí mismo, cada parte haciendo su trabajo (Efesios 4:15-16; ver también 1 Corintios 12, 14).

El discipulado es yo siguiendo a Jesús. El discipulado es yo ayudando a alguien más a seguir a Jesús (Ej. 2 Timoteo 2:2). Y en una iglesia de la Gran Comisión, los hombres mayores en la fe discipulan a los más jóvenes, y las mujeres más jóvenes buscan a las mujeres más ancianas. Por ejemplo, si eres una mujer soltera, puedes ofrecerle ayuda a un ama de casa de tu iglesia con la lavandería ¡a cambio de una oportunidad para hacer muchas preguntas! Si eres un líder laico que enseña en una escuela dominical de adultos, puedes reclutar a un maestro más joven. Y tu objetivo, en un sentido, es entrenarlo y darle el trabajo de enseñar. Así puedes ir y comenzar otra clase para formar otro maestro joven.

Una iglesia de la Gran Comisión tiene la sensibilidad geográfica expresada en el mandato de Jesús para «Ir.» Sin embargo, para aquellos que se quedan «ir» puede bien significar acercarse a la iglesia o los grupos de sus miembros. De esa manera es fácil ministrar a otros durante la semana. ¿Dónde vives? ¿Estás ayudando a cultivar una cultura de discipulado en tu iglesia donde escoges rentar un apartamento o comprar una casa?

Una iglesia de la Gran Comisión debería ser incómoda, y hasta motivadora, para un cristiano nominal. Si eres de los que te presentas como un invitado en ese tipo de iglesia asistiendo sólo los domingos como parte de tu deber religioso casual, puede que no te guste mucho. Serás bienvenido, pero sus miembros no serán lo que esperas. Ellos están enfocados en dar toda su vida para seguir a Jesús, y se comprometen a ayudarse unos a otros a seguir a Jesús. Dicho compromiso y actividad es parte de su cultura: preguntas intencionales, conversaciones significativas, oración, y recordatorios continuos del evangelio. Observa los libros Master Plan de Evangelismo de Robert Coleman, The Trellis and the Vine de Colin Marshall y Tony Payne, y mi propio libro Discipular para obtener más información sobre este tema.

CULTIVA UNA CULTURA DE EVANGELISMO

Segundo, una iglesia de la Gran Comisión cultivará una cultura de evangelismo. Por otro lado, los miembros saben que el evangelio será predicado en cada reunión semanal, y por eso se motivan a invitar a sus amigos no creyentes. El evangelio es reflejado a través de las canciones, de la oración y de cada sermón. ¿Confías en que cada no-creyentes que llevas a tu iglesia escuchará el evangelio? Si no es así, ¿qué puedes hacer sobre el asunto?

Por otro lado, una iglesia de la Gran Comisión trabaja para entrenar a sus miembros en el evangelismo, porque sabe que de manera colectiva verán más no-creyentes durante la semana que la cantidad que pudieran llevar al templo. Por tanto, «el éxito» en el evangelismo no es simplemente lleva a tus amigos no-creyentes a la iglesia para que escuchen el evangelio, sino compartir el evangelio con tus amigos y vecinos no-creyentes.

De esta manera, la iglesia trabaja para equipar a sus miembros sobre el evangelismo para que conozcan como compartir el evangelio con otros. Mi propia iglesia hace esto a través de escuelas dominicales dedicadas al evangelismo. Yo trato de dar ejemplo de cómo relacionarse con no-creyentes en mi predicación, especialmente en la manera en que me dirijo a los no-creyentes. Tratamos de equipar a nuestro miembros ofreciéndoles herramientas evangelísticas como «Two Ways to Live» o recursos como «Christianity Explained» o «Christianity Explored» Distribuimos muchos folletos de ¿Quién es Jesús? de Greg Gilbert a los miembros para que los repartan a sus amigos no-creyentes. También compartimos sobre oportunidades evangelísticas durante nuestra reunión de los domingos en la noche. Escuchar y orar las oportunidades evangelísticas de otros miembros motiva el esfuerzo que hacen otras personas por compartir las buenas nuevas.

¿Qué significa para ti la Gran Comisión? Significa que Jesús te ha llamado a ser un hacedor de discípulos. Él te llama a evangelizar a los no-creyentes y discipular a los creyentes. Deberías estar haciendo esto personalmente en la casa, en el trabajo, en tu vecindario, entre tus amigos. Deberías estar haciendo esto dentro y a través de tu iglesia.

Por tanto, utiliza a tus hermanos miembros de la iglesia para ayudarte. Invita a un anciano a almorzar, y pídele consejos. Comparte y ora con tu grupo pequeño. Sal y evangeliza con tus amigos. Para más información sobre este tema, busca cualquier libro de Mack Stiles, especialmente Evangelism: How the Whole Church Speaks of Jesus, o mi libro The Gospel and Personal Evangelism.

TRABAJA PARA ALCANZAR A LOS NO ALCANZADOS A TRAVÉS DE LAS MISIONES

Tercero, una iglesia de la Gran Comisión trabaja en alcanzar a los no alcanzados a través de las misiones. ¿Cuál es la diferencia entre misiones y evangelismo y plantación de iglesias en casas? Realmente, misiones es simplemente lo que llamamos evangelismo y plantación de iglesia es cuando viajamos cruzando barreras étnicas, culturales y especialmente limitaciones nacionales.

Jesús nos ordena «ir y hacer discípulos de todas las naciones». No he hablado mucho sobre este tema porque muchos otros libros hablan muy bien de esta idea, pero es difícil entender como una iglesia puede leer este mandato y no comprometerse con llevar el evangelio a las naciones que nunca han escuchado el evangelio anteriormente.

Ninguna congregación puede estar en todo lugar alrededor del mundo. Sin embargo, pienso que las iglesias son sabias si concentran sus esfuerzos misioneros en diferentes lugares. Mi propia iglesia, por ejemplo, se concentra en diferentes países de la llamada ventana 10/40 que es una región del mundo donde hay poco porcentaje de cristianos.

Si eres miembro de nuestra iglesia, y manifiestas algún interés en perseguir las misiones, estaremos en la disposición de ayudarte con nuestros recursos para que puedas ir a algunos de los lugares que ya invertimos. Simplemente no podemos ayudar a cientos de personas que van cientos de lugares diferentes. Por eso, preferimos ayudar pocos misioneros con más dinero en lugar de muchos misioneros con sólo un poco de dinero. Eso permite que los misioneros que ayudamos puedan pasar menos tiempo reuniendo dinero y más tiempo haciendo la labor de plantación de iglesia. Además, nos ayuda a relacionarnos con ellos y ofrecer rendición de cuentas.

Nuestra iglesia trabaja con misioneros directamente, y nosotros trabajamos con organizaciones misioneras como Southern Baptist Convention International Mission Board. También trabajamos con grupos maravillosos como Access Partners, que ayudan a colocar personas de negocios en lugares estratégicos alrededor del mundo en su vocación de negocios, para que así puedan ayudar a los misioneros a largo plazo que se encuentran en el campo.

¿Qué papel tienes como individuo cristiano ayudando a tu iglesia a alcanzar a los no alcanzados? Ciertamente deberías orar por los misioneros de tu iglesia. Conocerlos cuando estén de licencia. Tal vez buscar viajes misioneros cortos que te permitan ayudar a los obreros que están en misiones a largo plazo. Leer biografías de misioneros, y quizá pensar en ir. Volveremos a esa pregunta dentro de un par de capítulos.

Hay una última cosa que tu iglesia y tú pueden hacer para alcanzar a los no alcanzados: buscar los extranjeros de tu propia ciudad. Mi propia iglesia trabaja duro en alcanzar estudiantes extranjeros, pero ¿qué grupos de extranjero viven en tu ciudad? Si los alcanzas con el evangelio ahí mismo en tu ciudad, existe una gran posibilidad de que el evangelio llegue al lugar de donde vinieron. Observa el libro de John Piper Let the Nations Be Glad para obtener más información sobre este tema.

TRABAJA PARA FORTALECER A OTRAS IGLESIAS

Las iglesias comúnmente tienen un presupuesto para las misiones. Pienso que también vale la pena añadir un presupuesto para «Ayudar Iglesias Sanas». Trabajar para fortalecer otras iglesias es una cuarta práctica de las iglesias de la Gran Comisión. Mi propia iglesia utiliza esta línea para ayudar en diferentes cosas, como nuestro programa de internado pastoral. Pagamos doce jóvenes al año para que hagan el internado con nosotros, la mayoría de los cuales terminan pastoreando o sirviendo en otras iglesias.

También utilizamos una línea para ayudar a sostener el ministerio de 9Marcas, un ministerio dedicado a ministrar para la edificación de iglesias sanas. Estructuramos intencionalmente nuestro personal para que los jóvenes sean entrenados y enviados. Los asistentes pastorales sirven con nosotros por 2 ó 3 años y luego se espera que se vayan. Los pastores asistentes sirven con nosotros por 3 a 5 años y luego se van. Sólo los pastores asociados y yo (junto a cualquier pastor o anciano que no sea del personal) se espera que permanezcan en nuestra iglesia por largo tiempo. El resto es equipado para salir.

Nuestra iglesia patrocina conferencias de fin de semana, donde pastores de alrededor del mundo se unen a nosotros para nuestras reuniones regulares programadas, así como para sermones especiales y tiempos de preguntas y respuestas. También participo en llamadas semanales con otras redes de pastores de alrededor del mundo para los mismos propósitos. Cada una de estas conversaciones me da la oportunidad de orar y trabajar para iglesias saludables alrededor del mundo.

Mucho del trabajo que hacemos para fortalecer a otras iglesias a través de la plantación y revitalización de iglesias es hecho en nuestra propia zona, lo cual es el tema del próximo capítulo. (En otras palabras, todo ese capítulo, es una extensión de esta sección). Pero también hacemos plantación y revitalización alrededor del mundo. Por ejemplo, enviamos a un hermano llamado John a una iglesia en Dubai, los Emiratos Árabes Unidos, cuando esa iglesia estaba buscando un pastor hace alrededor de una década. Dios ha usado a John en gran manera para revitalizar esa iglesia internacional. Uno de sus ancianos principales, que ayudó a llevar a John allí, fue Mack, un viejo amigo mío. Una vez que John y Mack llevaron a la iglesia a una posición saludable, Mack y otro hermano llamado Dave salieron de la iglesia para plantar otra iglesia a 30 minutos de distancia. También enviamos un ex asistente pastoral  un ex interno para que ayude a Mack y Dave en esa nueva obra. Simultáneamente, enviamos otro ex interno pastoral a plantar otra iglesia en otra ciudad de los Emiratos Árabes Unidos.

Ahora tenemos tres iglesias sanas levantadas y funcionando en este país musulmán. Nada de esto fue parte de un gran plan de nosotros. De hecho, ni la oportunidad de revitalización ni las dos oportunidades planeadas fueron iniciadas por nosotros. Sólo estuvimos allí para orar, ayudar y enviar ayuda humana y financiera donde pudiéramos. Por cierto, algunos de nuestros miembros han reubicado sus trabajos en los Emiratos Árabes Unidos para ayudar en la labor de esas iglesias. Nuestra iglesia gana al compartir el gozo de ver el reino de Dios expandirse en este territorio extranjero.

Muchos de estos ejemplos se han enfocado en lo que yo he hecho como pastor. Pero asumiendo que eres un miembro de iglesia ordinario, ¿qué puedes hacer para ayudar a fortalecer a otras iglesias, sea en tu ciudad o alrededor del mundo? Obviamente, puedes orar por otras obras personalmente. Puedes orar por otras obras durante la cena familiar. Puedes ayudar a otras obras financieramente.

Ciertamente deberías tener cuidado en criticar otras iglesias. Sí, hay lugares donde las prácticas de tu iglesia o las doctrinas secundarias pueden ser diferentes a aquellas de otras iglesias. Y si, tenemos razones deliberadas para esas áreas de desacuerdo. No estoy diciéndote que tires esos desacuerdos por la ventana, pero recuerda que esos asuntos secundarios sobre los cuales puede estar en desacuerdo tu iglesia con otras iglesias nunca son tan importantes como el evangelio que compartimos. Así que cuídate de un espíritu crítico, y busca maneras de regocijarte en compartir alianzas del evangelio.

Traducido por Samantha Paz.